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Un buen día Peña me dijo: -Usted cree en la bondad de las indias, pero las hijas de Joaquín que usted pensaba casar para formar familias decentes, ya están viviendo: la mayor con Araguaimujo (un indio a quien Peña había señalado .con este mote) y la segunda, con Cristán. '·. Al hablar con Joaquín le conté.y reconvine por lo que me había dicho Peña. Joaquín me contestó: -No. Ellas no está,i viviendo con nadie sino que, como Pefla me las pidió para mujeres de Casado, yo le engalié y le dije que las dos tenían marido; pero, cuando ellas hagan conuco, yo te las traigo para que las cases. Asl lo hizo y, estando la Comisión de Límites allí, celebré con gran solemnidad ambos matrimonios. Un amigo mí<> de la expresada Comisión me llamaba criminal por casar aquellas indias con indios, pues hubieran hecho muy buen papel con criollos. Esta es la mentalidad de muchos escritores acerca de los indios. Cometí la indiscreción de indicárselo a Peña, a quien le faltó tiempo para decírselo a Casado, y parece que en este viaje que hizo en compañía del P. Baltazar, no se portó bien con la hija menor de Joaquín, la cual concibió un odio notable contra Casado, a quien no quiso tratar más. 121