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VISITA DEL SUPERIOR REGULAR En marzo vino el Superior Regular M..R.P. Ceferino de fa Aldea, pues .Mons. Nistal habfa resuelto ·ya no subir por tierra otra vez. El había autorizado y suministrado los recursos para la compra de ganado y caballos en el Brasil, pues la autori– zación y los reéursos suministrados por Monseñor eran suma– mente limitados. A su llegada, se dio cuenta de todo. Fuimos al hato, que le gustó muchísimo, vio el trapiche de El Callao y el que tema– mos en el conuco de Peña para hacer azúcar para lós dos y después, para Julio 'y el costeño Cayetano, que enseñó a los indios a aserrar madera y cuya siembra de caña le compró la Misión. El Superior Regular pasó 12 días con nosotros y quedó encantado de todo, siendo fa visita de mayores resultados prácti– cos para aquella Misión. Monseñor me había dicho que si pudiésemos trasladar 15 reses a Luepa, él fundaría allí una nueva casa inmediatamente. Fuimos al hato y, como el brasilero que tema al frente se me había negado a reunir el ganado para .llevar parte de él a Luepa, nosotros reunimos lo que estaba cerca del corral y entresacamos 50 reses, entre el Superior Regular y yo, que íbamos montados, y tres de los muchachos a pie. Para el paso de bosques y ríos había que desmontarse, excepto el que iba adelante. Llevamos a Luepa 45 reses que dejamos al cuidado de los indios. El año anterior había traído del Palmar el P. Eulogio a un jovencito que resultó de muy malas costumbres; y como se sentía apoyado por el P. Eulogio y por Monseñor, me era muy difícil probar lo perjudicial que era para la Misión. El ·Superior Regular se convenció por fin de lo mala persona que era este joven y, con su apoyo, lo desenmascaré; pero, al verse descubierto, huyó con dos indiecitos más. Explotó a indios y criollos y Monseñor mismo, que. no quería dar a mis informaciones mayor caso o crédito, se con– venció cuando aquel le hizo un robo regular en el Wey. Al ver que había tanto ganado en Luepa, decidió la fundación y enton– ces, el mismo Monseñor resolvió un último viaje por tierra a la Sabana. En ese viaje se confirmó todo, pero ya era tarde, pues el criollo, dejando a uno de los compañeros, se fue de nuevo a 101