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66 SEMINARIOS DE MISIONEROS que en cumplimiento de las Reales Ordenes que V.S. me comunicó, en cartas de 29 de enero del año próximo pasado, 2 de febrero y 8 de marzo del corriente, he recomendado a nombre de S.M., pasaron, como dije a V.S., a informe y voto del Card. Protector de la Or– den, quien las remitió al Definitorio General para oir el suyo; y haviéndolo dado éste en los términos que verá V.S. por su copia,, se ha conformado con el dicho Em.mo, adheriendo a dichas instan– cias, como observará V.S. en el traslado adjunto de su voto. Y para proceder con seguridad a la expedición de los respecti– vos Breves de confirmación de las ordenanzas que para cada uno estableció el difunto antecesor General Fr. Pablo de Colindres, y cuya observancia y execución se han dirigido dichas instancias y la recomendación de S.M., deseo saber si en los términos que con– siente en ellas dicho Definitorio y acuerda en su voto el referido Cardenal, la aprueba S.M., como también si a su costa se deberá hacer la expedición; respecto de que siendo precisa la de tres Breves y la inserción en cada uno de las Constituciones que por él se confirman, dificultosamente la podrán hacer dichos conventos o sus Provincias, como me manifestaron sus Provinciales, quando vinieron a el Capítulo General, pues costará cada uno 70 escudos poco más o menos, según me ha informado el Expedicionero Regio. En tanto que V.S. me responde a uno y otro, queda suspendida la solicitud de dicha expedición » 157 • ¿No cabe descubrir en esta actitud reservada de los provin– ciales, que se niegan a pagar los gastos ocasionados por la expe– dición de los breves pontificios, una implícita oposición al proyecto y una silenciosa protesta a las decisiones que aceptaban más por temor de represalias que por convicción de la legitimidad y bondad de la causa? De todos modos, se había dado el paso definitivo, y si bien el problema quedaba aún pendiente de la solución, ninguno de los tres provinciales presentes a las asambleas capitulares recibiría el breve apostólico de la aprobación entonces solicitada. 3. Los tres Breves del Papa Clemente XIV Aun los más pesimistas debieron pensar que era inminente el epílogo de la controversia. Sin embargo, a pesar de la expectativa, se interrumpieron las gestiones y siguió un largo compás de espera. Y esta inesperada y prolongada pausa, que sin duda hizo concebir halagüeñas aunque infundadas esperanzas a los promotores y sim– patizantes del fracaso de la iniciativa de los Seminarios, tiene su explicación. La pequeña historia, que aquí se relata, se entrelaza con la grande historia de las relaciones internacionales de política re- 151 Arch.Emb., leg. 331, f.368-369.

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