BCCCAP00000000000000000000904

APROBACIÓN PONTIFICIA 61 compuesto. A la misma conclusión se llega considerando la actitud de los representantes de Valencia en el capítulo presidido por el provincial P. Domingo de Onteniente. Como dirá más tarde su inmediato sucesor, « el govierno que se siguió, difunto ya N. Rmo. Colindres, pidió en Roma en el Capítulo General la confirmación Pontificia, para la mayor seguridad de dicha casa. Y estas mismas ansias eran al pre– sente las nuestras... Por lo que queda esta Provincia muy gozosa, viendo quan de antemano practicó lo mismo que aora S.M. la pre– viene » 144 • Muy otra se presentaba la perspectiva a los delegados de Castilla, entre los que no debía de haber uniformidad de parece– res y criterio. El ministro provincial P. Fidel de Los Arcos cier– tamente era contrario, pues positivamente y sin eufemismos se había adelantado a pedir la abolición del instituto de Toro, y se había permitido contravenir a lo ordenado en sus estatutos, ene– mistándose con el Consejo de Castilla. Y aunque hubiera perdido las esperanzas de éxito favorable, sobre todo al enterarse en la Ciudad Eterna del recurso enviado por su mismo vicario 145 , es muy probable que defendiera con tesón, por lo menos ante el definitorio, sus puntos de vista e insistiera principalmente en la necesidad de modificar aquellos artículos que juzgaba lesivos de los derechos del Provincial1 4 ª. Su postura estaba contrabalanceada por el se– gundo custodio. El P. Fidel de Santurce era un continuador de la espiritualidad del P. Colindres, de quien había sido compañero y secretario. Nos es del todo desconocida la mentalidad del otro custodio, P. Agustín de Toledo 1 • 1 • Por último, las esquemáticas noticias biográficas que conoce– mos de los tres representantes de Andalucía no nos ofrecen ele– mentos seguros para formar un juicio definitivo acerca de su actitud ante el problema planteado. Pero, a juzgar por algunos síntomas, no nos parece aventurado afirmar que no eran favorables a la proyectada aprobación. El primer indicio lo descubrimos en el hecho .desconcertante de haber acudido la comunidad de Sanlúcar directamente al rey solicitando su protección, por temor de que los superiores de la provincia anularan el establecimiento. Si no ponía 144 Marcos de Petrel a Manuel de Roda, Valencia, 22 octubre de 1771: APCV, Ieg. 50-B. 145 Véase más arriba. 1 46 Sin embargo, el P. Zamora en su Manifiesto historial dice que. el P. Fidel durante el capítulo se desentendió del asunto. De todos modos, en el informe del definitorio, de que hablamos a continuación, aparece el eco de las objeciones hechas por aquel en su recurso de año 1766. 147 Véase más abajo,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz