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APROBACIÓN PONTIFICIA 51 Religione sed et per totam Europam detulerit; nam et nos cum nostro Rmo. Generali Definitorio in obsequium et observantiam ac venerationem talis ac tanti Patris firmiter statuimus nihil pro toto nostri gubernii innovari de stabilitis a prelaudato Rmo., et de facto ita semper decisum fuit in particularibus recursis, qui nobis hucus– que fuerunt facti. Idipsum a potiori speramus de zelo ac affectu erga Reverendissimum P.V.R. et suae provinciae, cuius orationibus nos enixe recomendantes cum paterna benedictione peramanter subscri~ bimus in conventu nostro Romano, die 18 Decembris anni 1766. P.V.R. devotissimus in Christo servus Fr. Josephus Maria, Vicarius Generalis, l.i. Decididamente la actitud poco benévola del provincial de Cas– tilla no era del agrado de las autoridades superiores, religiosas y civiles; pero no estaba dispuesto a retroceder. Interpretando la respuesta del vicario general como una orientación personal, no le dio publicidad 114 , avivando con el silencio el malestar y la desorientación de los religiosos, a quienes no se ocultaba el antagonismo entre la curia provincial y la comunidad toresana. Por fortuna alguien envió directamente a Toro desde Roma una copia de la carta 115 , la cual tranquilizó la conciencia de los mora– dores del Seminario. En la congregación definitorial del 24 de abril de 1767 se nombraron nuevos superiores en conformidad con las ordenacio– nes vigentes. El P. Antonio de Hoz 11 ª sucedió al frente de la co– munidad al P. Zamora, que pasó a ser uno de los cuatro consi– liarios. El cambio de personal no produjo un cambio de ideas, antes bien todos unidos continuaron defendiendo sus ideales. El 1 de septiembre redactaron una solicitud dirigida a Su Santidad, pidiendo la aprobación definitiva y solemne de los estatutos. La instancia fue enviada, por medio de la corte de Madrid, al embaja– dor de Roma 117 para obtener el despacho de la misma antes del próximo viaje del provincial a la Ciudad Eterna, o para atarle las manos cuando quisiera tratar el asunto directamente con los nuevos Superiores de la Orden. 114 Cf. ibid., f.61. 115 La copia fue -trasmitida por el P. Fidel de Santurce, quien después de la muerte del P. Colindres continuaba desempeñando en la curia general el oficio de secretario de las provincias españolas. 116 En el capítulo anterior había sido nombrado secretario provincial y, puesto que las ordenaciones exigían que para el cargo de guardián se escogiera un miem– bro de la comunidad, es de suponer que se habría incorporado posteriormente a pe– tición suya. Fué predicador de Su Majestad y falleció el 9 de abril de 1773. Cf. BUENAVENTURA, DE CARROCERA, Necrologio, 94. 111 Nos basamos para afirmarlo en el hecho de que el único ejemplar cono– cido se conserva en Arch.Emb., leg. ,JSó, Exped. XV.

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