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30 SEMINARIOS DE MISIONEROS permitían enderezar más arriba los dardos. Y la situación llegó a tal extremo, que el P. Juan de Zamora, que no era un cobarde aunque sí un impulsivo, decidió pasar las responsabilidades del gobierno a otras manos menos intransigentes y enérgicas que las suyas para asegurar la paz y la prosperidad del Seminario recién fundado. Apoyándose en lo dispuesto por las ordenaciones envió la renuncia del cargo al P. General, a quie::i presentó asimismo la renuncia a la voz activa y pasiva para cualquiera elección en lo futuro. En una carta, fechada el 16 de marzo del 1766 en Jihlava (Iglau, Iglavia), aquél se negaba a aceptar una y otra. El P. Juan continuó desempeñando su oficio, pero ya bien convencido de que los hechos habían dado razón a los temores y previsiones del P. Colindres. No era tarea fácil imponer a la masa la práctica de un elevado ideal. Los fáciles entusiasmos, como la buena y sincera voluntad, tropezaban con obstáculos impre– vistos y con resistencias sistemáticas, que hallaban tal vez su razón de ser en la costumbre y en el temor de la novedad, más que en la mala voluntad o en el menguado espíritu religioso. Pero esa era la realidad. B. - ORDENACIONES Y FISONOMÍA No se le ocultaba al P. Colindres que todo cuerpo moral para conservar su fisonomía propia y desarrollar su misión específica necesita normas concretas que determinen su naturaleza y encau– cen la trayectoria de su actividad. De ahí su empeño por redactar los estatutos de los Seminarios de Misioneros, los cuales al mismo tiempo que los diferenciaban de los otros conventos de la respecti– va provincia monástica, perfilaban su fisonomía propia e incon– fundible. l. El texto de las Ordenaciones Afortunadamente hemos podido examinar toda la legislación particular de los Seminarios. Por razón de comodidad insertamos a continuación todos los estatutos, incluso los de los Seminarios que se fundaron después de la aprobación pontificia, dejando para más adelante sólamente los del Real Convento de El Pardo. A. - S a n 1 ú car d e B ar r a m e d a . a) Ordinationes conventui Luciferi Fani, vulgo San Lucar de Barrameda, Collegio Missionariorum factae et dispositae a nostro Rmo. Patre Generali F. Paulo de Colindres anno 1764,
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