BCCCAP00000000000000000000904

18 SEMINARIOS DE MISIONEROS giosos, entre los cuales contaba con simpatizantes y admiradores, como los PP. Eugenio de Sieteiglesias e Isidoro de Fermoselleªº· El horizonte abierto al P. General con este cambio de ideas, le hizo concebir nuevas y fundadas esperar.zas. Pero antes de tomar una resolución definitiva, aconsejó al P. Zamora que « con el mayor sigilo» continuara examinando el asunto con los citados religiosos y tanteando la posibilidad de alistar por lo menos una docena, resueltos a pasar a la obra. Estos coloquios eran positivos, mas el tiempo de continuar la visita canónica urgía y el P. Colindres hubo de interrumpirlos. A principios de octubre salía de Madrid con dirección a Anda– lucía, pero sin echar en olvido el proyecto del Seminario. Y puesto que el P. Zamora había terminado su profesorado, quiso que los superiores lo destinaran al convento de Valladolid con el fin de darle mayores posibilidades para reflexionar sobre el plan cuyas grandes líneas habían trazado y esbozar las normas particulares que creyera conveniente. Le recomendó la prudencia y el secreto; una vez que hubiera redactado los estatutos provisionales, debía mandárselos a él personalmente para un examen definitivo junta– mente con la aprobación que garantizara su actuación cuando llegara el caso. Y se despidieron, confiando que antes de ultimar la visita de las provincias de España el acariciado prcyecto se convertiría en lisonjera realidad. El P. Colindres dirigió sus pasos hacia Andalucíaª 1 y el P. Zamora se trasladó a Valladolid. 2. El Seminario de Sanlúcar· de Barrameda Atravesando la Mancha, el P. General al frente de su co– mitiva llegó a la provincia de Andalucía, entrando por Jaén, el 21 de octubre de 1763. La visita a los conventos andaluces duró cerca de cuatro meses. Aquí, como en todas partes, la conducta irreprochable y el ejemplo de sus virtudes, eran más eficaces, si 3 0 De estos dos religiosos nos ocuparemos repetidas veces en el curso del presente estudio. C:f, BUENAVENTURA DE CARROCERA, Neorolouio, 112. 267; MELCHOR DE PoBLADURA, ob. oit., 155. 178. 186. 195. 205, 212. 31 El panegirista nos ha conservado el siguiente episodio del viaje: « En la vispera de nuestro Seráfico Padre san Francisco llega al convento de Esquivias a las diez de la mañana y a las once baxa al refectorio: hace la disciplina de espaldas con la comunidad y come pan y agua (penitencia introducida en España por la de– voción en la vigilia del Patriarca); pero no permite que la executen los secretarios ni compañeros, por verlos demasiado cansados; preocupad"- la familia del convento con el asombro y executada [ ! ] al mismo tiempo a celebra:.- la prudencia y el fervor del General» (LAMBERTO DE ZARAGOZA, Elogio, 30).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz