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EL REAL CONVENTO DE EL PARDO 131 cia a quienes la solicitaban, correspondía el indefectible recurso de los superiores locales a la corte y la complaciente intervención de los ministros, haciendo alarde de su celo por la disciplina conventual y por el progreso de la vida religiosa. En el primer semestre de 1786 el guardián P. Francisco de Ampudia, presentó un recurso a favor del corista Félix de Berástegui y de los legos José de Jadraque y Antonio de Busti110 321 , y el 7 de abril el conde de Floridablanca, en nombre del rey, conminaba al provincial P. Marcos de Reinosa: « Despache dichas obediencias y se arregle a la citada Real resolución [acerca del artículo 13], evitando nue– vos recursos » 322 • El 14 de diciembre de 1788 murió Carlos III y con él perdie– ron el más eficaz y poderoso protector los iniciadores, sostene– dores y apóstoles de los Seminarios de Misioneros y de los Con– ventos de perfecta vida común. Y de su ánimo agradecido y dolorido se hizo eco el P. Valldigna al trazar con vigorosas y elocuentes pinceladas el retrato espiritual del monarca difunto en las exequias oficiales celebradas en Valencia : « Los Prelados celosos han encontrado siempre en Carlos III toda la protección que ha necesitado su zelo prudente y moderado, para promover en sus diócesis la disciplina christiana y eclesiástica, a pesar de todos los que con varios pretextos sostienen los abusos que la manchan y destruyen. La misma benignísima acogida ha encontrado en nuestro difunto Rey la disciplina regular. Baxo su protección Real en algunas Religiones se han fundado monasterios y casas de Recolección, haciendo se observe en ellos exactamente la vida común, sin la qual es imposible moralmente restituir a su primitivo vigor la disciplina monástica, ni que se conserve después de restituida... Nuestro difunto Rey fue gran perseguidor de los vicios y gran protector de las virtudes, de la disciplina christiana, de la monástica, de la eclesiástica, y de quanto era conducente y necesario para que sus vasallos fuesen buenos christianos y buenos católicos, aborreciesen los vicios y amasen las virtudes » 323 • El mal, sin embargo, no fue irreparable, pues Carlos IV, aconsejado y sostenido por el conde de Floridablanca, continuó s21 El Necrologio de la provincia de Castilla no menciona a los legos nom– brados en el texto. Félix de Berástegui falleció el año 1819. Cf. BUENAVENTURA DE CARROCERA, Necrologio, 70. 322 Carta del conde de Floridablanca al P. Marcos de Reinosa, 7 de abril 1786: APCC, Legisl. I, 6/66 y sign. 28/153, f.73v. 3 2 3 ANDRÉS DE VALLDIGNA, El Buen Rey. Sermón predicado en las honras que hizo el Tribunal de la Santa Inquisición de Valencia a 6 de mayo por el alma del Señor Carlos III, Madrid 1789, 47. 48.

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