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126 CONVENTOS DE PERFECTA VIDA COMÚN por él y reconociendo que había cumplido muy satisfactoriamente su cometido. El 5 de julio el ministro Roda comunicaba la voluntad del rey en los siguientes términos: « He dado cuenta al Rey de la representación que V.R. ha hecho a S.M., en que expone hallarse ia suficientemente establecida y radicada la vida común en ese convento de el Pardo y poderse con– tinuar bajo la dirección de qualquiera otro Superior religioso de integridad y prendas; y solicita que para maior quietud y recogi– miento de su espíritu se digne S.M. de darle su permiso para renunciar la prelacía en manos de los Superiores. S.M. se halla mui satisfecho del zelo, actividad y acierto con que V.R. ha contribuido al cumplimiento de sus Reales intenciones en quanto al establecimiento de la perfecta vida común en ese con– vento; pero atendiendo S.M. a los motivos que V.R. expone en la citada representación, me ha mandado prevenir a V.R., como lo ejecuto, que deja en su libertad y arbitrio la deliberación que tu– viere por conveniente tomar para su maior quietud y recogimiento. Dios guarde a V.R. muchos años. Palacio, 5 de Julio de 1777. Manuel de Roda. R.P. FR. JUAN DE ZAMORA » 303 • No menos lisonjero fue el elogio que tributaron al P. Zamora los superiores provinciales, como se ve por la siguiente carta del P. Inocencio de Matute en nombre de toda la definición: « Mi mui estimado R.P. Fr. Juan: Haviendo juntado la Rda. De– finición con motivo de la renuncia que V.e. hizo libre y espontanea– mente de la guardianía de ese convento del Pardo, y aceptándola con uniformidad de pareceres y con toda la correspondiente for– malidad, se determinó asimismo que al siguiente día se le llamase a V.e. para que en presencia de la misma Rda. Definición se le diesen las debidas gracias por el santo zelo con que havía trabajado por la pura observancia de nuestra seráfica Regla, y participarle quedar admitida la mencionada renuncia por la dicha Rda. Defi– nición. Pero la acceleración de su buelta a ese convento nos im– pidió el cumplimiento de nuestros deseos; por lo que ahora parti– cipo a V.e. la edificación con que quedamos de ver radicada en ese nuestro convento la perfecta vida común y pura observancia, que en todos nuestros conventos deseamos. Por todo damos a V.e. muchas gracias y ofrecemos nuestras facultades a su disposición. Deseamos sólo, como es justo, una puntual razón de el estado de ese convento por lo perteneciente a provisiones, enseres y deudas; para lo que mandamos a V.e. haga presente este nuestro deseo al 3 0 3 APCC, Manifiesto historial, f.69v.
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