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116 CONVENTOS DE PERFECTA VIDA COMÚN él; antes bien, haviendo examinado escrupulosamente las cosas que comprende su visita, havía encontrado que todos vivían en religiosa paz sin que alguno de ellos huviese tenido que producir alguna queja o formar algún artículo contra su Prelado, ni éste contra alguno de sus súbditos, ni entre si mismos uno de otro, hallándose todos pacíficos, alegres y gustosos. Que asimismo havía encontrado la observancia de nuestra santa Regla y sagradas Constituciones en todo exacta y arreglada. De modo que a vista de la satisfacción y consuelo que rebosada en el religioso corazón de S. Rma. prorrumpió al concluir la visita en expresiones dignas de un Padre tan amante y zeloso de el bien espiritual de sus hijos, confesándolo así publi– camente con señales de benevolencia, y exortando por remate de el discurso a todos a la perseverancia en la misma paz, concordia y observancia, que havía encontrado en esta comunidad, y encar– gando le encomendasen a Dios Nuestro Señor con particular instan– cia, que reiteró ante todos al presentársele la comunidad a tomar su bendición por despedida, manifestando e::itonces nuevamente la edificación y consuelo con que partía de esta visita » 276 • Indudablemente estas frases laudatorias debían halagar al P. Zamora, pues constituían una apología de su establecimiento. Mas él no se dio por satisfecho y exigió un testimonio auténtico de cuanto afirmaba el vicario provincial. El P. General no opuso ningún inconveniente, antes bien ordenó al P. Fermoselle que se redactara. Y, en efecto, reunida toda la comunidad bajo la di– rección del presidente P. Agustín de Madrid 211 , avaló con las 22 firmas de sus miembros el certificado, en el que constan las ala– banzas y la aprobación del P. General al término de su visita. La declaración es del tenor siguiente: « Estando juntos en comunidad los Religiosos que abajo firmamos, congregados según costumbre en el refectorio de este Real convento de Capuchinos de el Pardo, a siete días de el mismo mes de agosto de 1776, se nos leió en voz alta y perceptible a todos las letras que anteceden de N.M.R.P. Vicario Provinc:.al Fr. Isidoro de Fer– moselle dirigidas a que expongamos bajo la religión de el juramento, sobre que nos encarga nuestras conciencias, lo que presenciamos y oímos en la visita que N. Excmo. y Rmo. P. General Fr. Erhardo de Radkerpurgo celebró el día veinte y veinte y uno, veintidós y veintitres, en este mismo convento. Y ovedeciendo con la humildad y veneración que debemos, y jurando co::no juramos por Dios Nuestro Señor y su santa Cruz, y según el respectivo estado de cada uno, decimos: Que es cierto, notorio y público cerró la visita el día 23, 276 APCC, Manifiesto historial, f.68v. 277 Sin duda para evitar sospechas de sobornación, no intervino el P. Zamora sino el P. Agustín de Madrid en calidad de presidente de la comunidad. Murió en su patria el 14 de junio de 1807. Cf. BUENAVENTURA DE CARROCERA, Necrologio, 153.
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