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EL REAL CONVENTO DE EL PARDO 105 y llenas de expresiones barbaras, de manera que demuestra su corto talento, ninguna instrucción, mala doctrina y poca humildad. Se elogia a si mismo, ponderando sus creditos en las escuelas y el lucimiento de sus actos literarios. Esto sería lo de menos, como no fuese tan atrevido. Yo no he dado cuenta al Rey ni de la mia ni de las agenas, que han puesto en mis manos, porque no tomase S.M. alguna resolucion fuerte y tal vez se empeñase en hacerlo salir de Roma, sin embargo de que me parece sería mui conveniente. Yo me alegro de que haia venido esta respuesta del General oportunamente, al tiempo que los Padres del partido contrario por las cartas de ese Definidor publicaban que se confirmaba el decreto del Definitorio antecedente y que se desaprobaba la conducta del Guardián del Pardo, de quien dice Onteniente en las cartas que he visto que está excomulgado, y dice Misa sacrilegamente por no obedecer a lo que se le ha mandado, llenandolo de dicterios y de imposturas sin conocerlo, y es un sugeto exemplar y docto ». A juzgar por esta intensa actividad cancilleresca y por estas invectivas alguien podía pensar en una oposición tenaz e inflexible de los superiores de la Orden a los planes y deseos del rey. Y no hubo tal. Se trataba sencillamente de precauciones injustificadas y de reparos contra un peligro inexistente, como se verá a conti– nuación. 3. - Una explicación sincera y leal Cuando el P. General firmaba la famosa carta del 6 de julio, no preveía el alboroto que iba a provocar; mas apenas se dió cuenta del descontento del rey a causa de la misma, sin esperar la protesta oficial del embajador, se adelantó a dar una explicación objetiva y razonable. Con toda sinceridad y lealtad expuso al conde de Floridablanca el alcance y las circunstancias de su primera intervención, reiterando la buena voluntad que lo ani– maba de complacer enteramente al rey y aprobando cuanto hasta entonces se había hecho en el Real sitio de El Pardo a propósito de la perfecta vida común 254 • Por desgracia, a pesar de sus buenos y sinceros deseos, por no haber ponderado la ex- 254 Copia de la carta del P. Erardo de Radkersburg al conde de Florida– blanca, Roma, 28 de septiembre de 1775: Arch.Emb., leg. 346, f.152. En el oficio de la misma fecha escribía Floridablanca a Roda: « Como este Em.mo [el card. Conti] es Protector de dicha Religión, es regular que haya trascendido a la noticia del referido P. General la disposición en que estaba el Santo Padre de proveer por si mismo a quanto deseaba Su Majestad en punto al mencionado estableci– miento, siempre que no lo hiciese su Reverendísima. Y con efecto, .haviéndole pasaclo ayer un Papel con el más puntual arreglo a lo contenido en la citada carta de V.E., acaba de responder a él con el Villete adjunto que dirijo original a V.E .. para que vea y observe los términos de veneración, respeto y condescendencia con que se explica el mismo P. General» (Minuta, ibid. Véase más abajo nota 256).

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