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El P. Clemens Dillenschbeid.er, C. S. S. R.., en La Mario– logie de S Alfhonse de Lig., 1931-1934, dice: "Sus sermones sobre la Virgen tienen características teológicas muy acu– sadas. Con aire animado, tal como conviene al género ora~ torio, nos ofrecen en su conjunto una mariología completa. Los editores Jos han llamado d Canticum mentís del autor; por la solidez doctrinal no -ceden en nada a las mejores pá~ ginas del gran mariólogo del Claraval" {25). Entre los doctores que más maneja, se hallan San Buena– v.entura, Santo Tomás y San Bernardino de Sena. En la doctrina marioJógi:ca es donde acaso se echa de ver más .su fidelidad a la escuela franciscana. En el modo de argumentar y de ex,poner la doctrina acerca de la .predesti– nación de la Virgen y de su Inmaculada Concepción, de la Asunción corpórea a los cieJos, de la Mediación universal y, en conjunto, en la exposicfón del misterio de la Oorre– dención de María se ajusta def todo el Santo escritor a la escuela franciscana. FORMA EXTERNA Al lado de este formidable aparato teológico, San Lorenzo no olvida la -erudición y formación humanísticas. Más de treinta autores profanos, con más de cuarenta obras, figuran entre sus referencias marianas, siempre con el fin de i'lustrar, sin ofuscar, los sagrados argumentos con la ciencia profana y clásica. Ni faltan tampoco aplicaciones y alusiones de las ciencias naturales y matemáticas. En cuanto a la forma, más bien que un tratado escolásti:cci es un proceso oratorio. Dentro de los módulos escolásticos y renacentistas, sus disertaciones se acercan a las conferen– cias del tipo del siglo XIX'\, aunque su fervor y su impetu las conserven dentro del marco de los sermones. El Jatín que usa es flúido, elegante, lleno de metáforas vivas y concretas, y siempre propio y preciso. En todos sus aspectos, el Maria/e es una fuente de ;prfmer orden para el dogma mariano.

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