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FIBRAS DI<:L ALMA que luego los hielos, que el alma transían, en ascuas ardientes trocados sentí. En fin, Dueño mío, solaz de mis ojos, con tantos hechizos, que he visto yo en 'I'i, en plácido arrobo, de amor abrasado, sin fuerza y sin alma, me siento morir. Haz, bello Niño de mis amores, ya que has robado mi corazón, que no me prive de tus fulgores... ¡ de mi dolencia ten compasión !. .. Estas heridas, que. me has abierto con los destellos de tu mirar, tan sólo tienen remedio cierto con nuevos rayos, que has de enviar. En tu presencia, mi hermoso Cielo, cabe tus plantas, mi dulce Bien, pasar por siempre mi vida anhelo y así postrado morir también. Aun más quisiera en mi locura (tanta osadía perdona, pues) ; ya no me basta ver tu hermosura, con fiebre ardiente besar tus pies... , tanto te quiero, que, entre mis brazos, tenerte ansío con vivo ardor, y regalarte con mis abrazos al suave impulso de tierno amor. 97 7