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FIBRAS DEL ALMA Compadécete del pobre, que ha de ser tu amigo. j Por favor !.. . vente corriendo y ábreme el postigo. De nuevo la voz aquella delgada y sonora, dentro, muy dentro del alma percíbese ahora : «Alma que velas tu· oculto castillo interior, vélale bien que te acecha villano traidor.» Sin dar respuesta al que viene albergue buscando, tomo la antorcha, que estaba mi estancia alumbrando ¡ y, con el alma de miedo y temores llena, a toda prisa corriendo, me subo a una almena. Ansioso tiendo la vista en torno1 el castillo, y, de mi lámpara humilde al pálido brillo, veo una horrible figura, que atisba a mi puerta en espera del -.momento en que quede abierta. 57

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