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332 P. VIÑAYü Jesús.-Desgracias y engaños mil, que no logran remediar. Alma.-Y Tú, ¿qué haces, Dueño mío, cuando ves que así te dejan? Jesús.-Cuanto más de mí se alejan, más lamento su extravío. Y encendido en sus amores, tras ellas me voy corriendo ; siempre las ando atrayendo con mis silbos seductores. Una estoy buscando ahora, cuyo amor mi pecho inflama. Alma.-Di, Pastor, ¿cómo se llama oveja que así enamora? ]esús.-Es un alma que, aunque está gozando de mi presencia, con muy poca diligencia mis huellas siguiendo va. Alma.-Ya te entiendo; aquí mi vida veo yo representada; júntame a tu manada, que soy oveja perdida. Mas hoy prometo, Señor, siempre en ¡:;os de Ti correr. Jesús .--Si esto cumples, podrás ver cómo soy el Buen Pastor.