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P. VIÑAYO El amor allá en el huerto fué causa de mi sudor ; dióme sentencia de muerte, de espinas me coronó; me puso la cruz al hombro y en tierra me derribó ; el amor a .vil madero pies y manos me clavó; el amor con dura lanza me traspasó el corazón ; el amor... Alma.- Basta, Jesús. Calle ya tu dulce voz, que me desgarras el pecho con tan triste relación. Si el amor te dió vil muerte, ¿ cómo al verte morir yo, no me inflamo en ese fuego, que el corazón te abrasó? · Cual roca debo- de ser; que, pensando en: tu Pasión, ¡ ni me enciendo en tus amores, ni me mnero de dolor !