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P. VIÑAYO ¡ que por cazarte ha salido mucha sangre de mis venas ! El Alma.-¡ Oh Jesús, mi dulce Dueño, que el corazón me encadenas ! ¿ Yo dejarte, Vida mía? ... ¿ Olvidar yo tus finezas? Antes mil veces morir, que faltar a mi promesa. El Niño Jesús.-Muchos me dicen lo mismo, cuando sienten mis saetas ; pero muy pronto se olvidan de las palabras aquellas que juraron en mi altar... ¡ y hondo llanto me dejan ! Mas, ¡ ay de ellos, pobrecillos ! ¡ Qué triste fin les espera !. .. El A lma.-Y ¿ cómo así te abandonan, llorando tan larga ausencia ? El Niño Jesús.-Les ponen mil atractivos las mundanales bellezas, y ellos ¡ incautos ! no miran los lazos en que se enredan. El Alma.-¡ Oh monstruosa ingratitud! ¡ Oh reprensible ceguera ! Ya, divino Cazador, que tantas almas te dejan, préndeme a mí con tus redes y en mi corazón asesta