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FIBRAS DEL AI,MA en un acto amoroso del cuerpo, que la priva de rei;;oso. Esta vida terrena es para él muerte dura e insufrible. j Quieri tiene el alma llena de este fuego invisible, vive en el suelo con tormento horrible ! Sigue ardiendo en amores.,. su faz está como el coral de roja ; de sus santos fervores se dobla la congoja... ¡ El volcán aun más llamas de sí arroja ! Sube a la cumbre altiva del misterioso Alvernia solitario; e inundado en luz viva, con pena y placer vario, allí encuentra su fúlgido Calvario. En éxtasis sublime allí está largas horas arrobado; sus llagas !Cristo imprime en su cuerpo acendrado... ¡ y queda en Dios Francisco transformado ! Y, en todo el monte umbroso, se oyó esta frase de dulzor henchida: «Desde hoy seré dichoso por no gozar de vida... ¡ que en Cristo la he dejado ya escondida !)) Los senos de su pecho 239