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FIBRAS DEL ALMA ¡ Alabadme al Señor !. .. que, con las notas vuestras, en mi Dios arrobada el alma se me queda. ¡ Alabadme al Señor con todas vuestras fuerzas ! Para volar cantando, os doy ya mi licencia. Marchad, marchad, hermanas, por los aires ligeras, en tanto que, amorosa, os bendice mi diestra. Y la mano del Santo penitente una cruz en el aire iba trazando, al tiempo que una luz resplandeciente quedaba su semblante circundando. Clavó en el cielo su mirada ardiente; lanzó un suspiro, melodioso y blando, y, oyendo el canto de la turba alada, prosiguió lentamente s11 jornada. Las aves por el éter extendieron su grácil vuelo, y su canción de amores en melifluas estrofas re¡;itieron ; con tan varios y f{ügidos primores, los espacios alegres sonrieron, poblados· de armonías y colores;