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160 P. VIÑAYO ¡ Oh... ! te cuesta trabajo ¿ no es cierto?... Sí... i qué horrible sudor !.. . ¡ Qué fatiga ! ¡ Oh, qué lenta la barca navega!... Pues levanta los ojos y mira, mira, atenta, la Estrella radiante y tu lengua module: ¡ MARIA !... Mas ¿ qué veo?... Nublados horrendos de su vista amoroea nos privan... ¡ Qué medrosa es la noche sin ella !... Y la mar ¡ qué turbada y altiva ! Perecemos sin duda anegados en abismo sin fondo ni orillas... ¡ Cuántos vértigos !. .. ¡ Cuántas congojas ! ¡ qué sudores y amargas fatigas!. ..... los sudores glaciales de muerte, que penetran del alma en las fibras y preludio horroroso te anuncian de tremenda y fatal agonía. i Qué mal se navega ! ¡ qué triste es la vida sin ver a la Estrella, que al puerto nos guía ! Marinera que bogas errante y a la muerte te encuentras vecina, con sollozos repite mil veces ese nombre sin par de María,