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FIBRAS DltL ALMA ¡ Padre mío, Jesús Nazareno !; que vengan, que venga.u presurosas las almas a verte y a sentir de tu amor las saetas; que se postren, fervientes y humildes, a admirar tu sublime belleza, y a rendirte sus frentes altivas, y a implorar tu bondad y largueza, y a quedar en tu pecho escondidas y en tus redes de amor·prisioneras. Que besen tu planta con fervor, humildad, reverencia, y esos ósculos santos se tornen en perfumes de puras esencias y en lluvias copiosas de favores y gracias inmensas. j Padre mío, Jesús, Nazareno, Rey eterno de cielos y tierra!, derrama las luces de tus ojos, radiantes e intensas, sobre el pueblo escogido por tuyo que con vivo fervor te venera; j y es Madrid el creyente y el noble que1 te alzó tan magnífica iglesia ! Madrid, que es el centro, la flor rica y bella de la España católica y grande, II7