BCCCAP00000000000000000000901

que tienen culturas diferentes están en contacto directo y contínuo, con los subsiguientes cambios en la cultura original de uno de ambos grupos".2 8 Hacia 1930, coincidiendo con el relanzamiento misionero de Pío XI, empieza a subrayarse el término adaptación. Comienza a hablarse de conocer, comprender, penetrar la mentalidad y la cultura, para poder introducir el mensaje evangélico. Descúbrese así la impor– tancia del otro. Esta evolución de adaptación madura en la década del 50, y recorre -junto a su variante de acomodación- todo el Vaticano II. Poco a poco esta categoría se va viendo insuficiente y ultrapasada. En el sínodo sobre la Evangelización de 1974 se da un c;ambio significativo incluso en el lenaguaje. Del prefijo de yuxtaposición extrínseca ad (adaptatio, accomodatio) se pasa al prefijo del movimiento intrínseco in (inserción, indígenización, encarnación). El mensaje debe pasar a formar parte de la cultura. Esto es recogido por Pablo VI en la "Evangelii Nuntiandi" {ej.: nº 20). En 1977, en el sínodo de Catequesis, el cardenal Sin, de Manila, habla textualmente del proceso de INCULTURACION. Dicho término será asumido oficialmente en 1979 por la "Catechesi Tradendae" (eje.: nº 53; aun cuando en este documento los términos inculturación/encarnación/ aculturación sean utilizados como sinónimos). Poco antes, concretamente en 1978, escribía el Arrope su carta sobre la inculturación en la que define a esta con las siguientes palabras: "La inculturación es la encamación de la vida y del mensaje cristiano en un área cultural concreta, de modo que no solamente esta experiencia se exprese con los elementos propios de la cultura en cuestión (lo que aún no sería sino una adaptación), sino que esta misma experiencia se transforn1e en un principio de inspiración, a un tiempo norma y fuerza de unificación, que transforma y recrea esta cultura dando origen a una 'nueva creación"'. 29 En Jesucristo se encuentra la pedagogía de la encarnac10n y liberación, donde -siendo de condición divina- asume nuestra condi- 28 E. H. SPICER, Aculturació,z, en EICS 1 (1974) 34. 29 Lettera del P. Arrupe sull inculturazione, en Incultura-ione. Concelli, problemi, orientamenti, CIS, Roma 1979, 145. 36

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz