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INTRODUCCION La iglesia y su acción misionera en este siglo han sufrido un giro que podríamos denominar de copernicano. Giro o cambio que atañe fundamentalmente a su autocomprensión y a su relación con el mundo. Son muchos los factores que intervinieron en la génesis y proceso de tal cambio. Antes de que se iniciase ese cambio en la iglesia el mundo ya había cambiado. El mundo europeo, heredero de un racionalismo secularista, entra abiertamente en este siglo, sobre todo a partir de los años cuarenta, por el camino del positivismo científico-técnico y del llamado progreso económico y de bienestar (neo-capitalismo). Se genera así una industrialización acelerada, con la consiguiente concentración urbana y masificación. Los grandes avances en los medios de comunicación son utilizados para fomentar una cultura uniforme, pasiva y al servicio de quienes detentan el poder. Algunas ciencias como la antropología, la sociología, etc., reciben nuevos enfoques. Se da, por tanto, un cambio social y cultural a todos los niveles. Es al final de los años cuarenta y comienzos de los años cincuenta cuando América Latina, bajo la tutela de los países desarrollados, entra en la década del desarrollismo, pues la causa fundamental de todos los males sociales latinoamericanos está -según la interpretación de la década del cincuenta- en el subdesarrollo. Ahí evidentemente cualquier proyecto indígena es visto como un obstáculo, pues no se articula con esa visión desarrollista. Visión que los hechos se 13

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