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Así, no es en la dimensión material del pan y del vino de la eucaristía donde se lleva a cabo el mandato de Jesús de representar, de actualizar, aquella Cena última, ni donde radica la fidelidad a esta, sino en su significación, en su intencionalidad. Jesús, para expresar cómo el Dios de vida quería tomarse vida para los hombres, se sirvió de los alimentos que en Israel eran alimentos básicos para la subsistencia cotidiana. Es tarea de cada comunidad eclesial descubrir en su cultura aquellas mediaciones que mejor expresan la intención de Jesús. Dentro de este ámbito de la liturgia y de los sacramentos es relevante preguntarse por la posibilidad de leer dentro de las celebra– ciones las escrituras no-bíblicas de los pueblos indígenas, y más con– cretamente su antiguo testamento recogido en sus mitos. Si la liturgia romana lee textos del antiguo testamento de Israel como prepa-ración para la palabra de Cristo, de modo análogo parece evidente la posibili– dad de que los pueblos indígenas puedan leer su antiguo testamento. Pero el nudo godiano está en el nivel de inspiración que se concede a tales lecturas no-bíblicas, a tales relatos o mitos. Ciertamente el Espíritu sopla donde quiere (Jn. 3,8), y no tenemos capacidad para limitar su presencia y acción, 32 pero cómo conocer donde está, qué criterios objetivamente verificables utilizar para afirmar histórica-mente su presencia. Si es verdad que el Espíritu está presente en los mitos indígenas, también es verdad que no lo está del mismo modo que en las Escrituras Bíblicas inspiradas por él, de las cuales él es autor. Las escrituras, relatos y mitos de los diversos pueblos y culturas, que pueden contribuir a explicar y a tomar más clara la revelación bíblica, esta es el ápice de la revelación de Dios y el criterio normativo último con el cual cualquier otro tipo de revelación ha de ser confrontada. 33 32 "Dios ama a todos y quiere la salvación de todos; manifestándose a los hombres no solo a través de la revelación cósmica y de la voz de la conciencia moral, sino a través de los profetas, de los santos y de personas privilegiadas, que El suscita en todos los pueblos y en todos los tiempos": R. CINTRA, Valores das Religioes Ná~ristás, en REB 31 (1971) 300. 33 "Desde el punto de vista cristiano y católico, no me parece que exista otro criterio históricamente verificable que no sea el de la confrontación con las Sagradas Escrituras del AT y del NT. Allí donde las verdades expresas en los libros sagrados no cristianos se encuentran 138

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