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de articular el pensamiento. Mientras nosotros lo articulamos de una manera más discursiva y lógica (la lógica griega) los indígenas lo hacen de un modo más narrativo y descriptivo. Todo misionero se suele hacer esta pregunta: ¿cuándo honestamente puedo comenzar a predicar el evangelio y a celebrar los sacramentos dentro de un pueblo indígena recién contactado? Es una pregunta difícil, la cual no puede esperar una respuesta a modo de receta, sino que en medio de las situaciones y condicionamientos históricos y culturales los misioneros han de descubrir cuando es el momento oportuno. A este respecto opina Paulo Suess: "Se puede comenzar cuanto antes, desde que domine el código cultural del respectivo pueblo, desde que el misionero no lo someta a la circuncisión de la civilización occidental y desde que el propio pueblo acepte la actuación misionera en el campo religioso. Esta actuación tampoco debe ser negociada con la defensa de la tierra, de forma que el bautismo o la catequesis de los indios se convertiría en el diezmo con que pagaría la actuación del misionero en el campo social y en la defensa de su territorio". 16 La mayoría de los grupos amerindígenas de hecho ya escucharon alguna vez la buena nueva de Jesucristo. Igualmente la mayoría acogió dicho anuncio. Pero surge una pregunta: ¿en qué grado dicho evangelio fue aceptado, asimilado, y en qué grado están adheiidos a él? Si en general se constata que no se ha acogido en profundidad, al mismo tiempo nos tenemos que preguntar el porqué. El motivo no está en que ellos sean peores que las personas de la cultura occidental, ni en que sistema de valores esté frontalmente opuesto al evangelio -aun cuando a veces exista algún aspecto que lo pueda estar-, sino fundamentalmente en que de hecho no se ha llevado a cabo un enraizamiento del evangelio en su cultura, en que no se ha efectuado una inculturación del mismo. Solo cuando se llega a ese nivel el evangelio se convierte en el centro catalizador de la persona, del indígena, y de toda una comunidad. 16 p. SUESS, o.e., 80. El subrayado es del autor. 113
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