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pobres que busca construir la fraternidad universal, el Reino, desde la parcialidad por aquellos. b) Jesús nos revela el Dios del Reino Si Jesús mantuvo una relación peculiar con el Dios del Reino, es a partir de ahí como se podrá conocer a ese Dios. Indiquemos algunos rasgos principales de ese Dios del Reino según nos lo revela Jesús de Nazaret: -Dios es padre, o mejor, se comporta como un Padre. Así, los hombres han de comportarse fraternalmente entre sí y filialmente para con Dios; -de ahí que sea un Dios de amor. Afirmar que Dios es amor no es una argumentación lógica sobre la esencia necesaria de Dios, sino la constatación y experiencia que los hombres tuvimos de Dios en la persona de Jesús de Nazaret; -ese Dios amoroso ama a todos los hombres y de modo privile– giado a aquellos hijos que están en una situación deshumana o de mar– ginación. Es un Dios Mayor que se empequeñece, que tiene debilidad por los empobrecidos, dominados y marginados; 11 -es un Dios único. Acoger al Dios de Jesucristo exige que dicho Dios se convierta en el centro catalizador de la persona humana. El Dios de Jesucristo -que es vida- es incompatible con cualquier ídolo -que no trae sino la muerte-; -es un Dios personal. No es un algo, sino un alguien, es un tú que -desde su libertad- interviene en la historia humana estableciendo diálogo con los hombres; -ese Dios es el Padre de Jesús. Jesus tienen conciencia de su peculiar relación con Dios y, más todavía, de ser Hijo de Dios, aun cuando él no se aplicase a sí mismo este título. 11 Cf. J. PIXLEY -C. BOFF, Op9iio pelos pobres Vozes, Petr6polis 1986, 80. 109
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