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Jesús desconcierta. No se limita a las prescripciones legales, sino que apela a las energías más generosas que hay en el ser humano. No se conforma con prescripciones mediocres. Cura a muchas personas, pero les solicita la fe y el seguimiento. Por tanto, hace crecer a las personas en su fe en Dios y en el compromiso de dicha fe. Es una evangelización que humaniza a las personas y a la sociedad, comenzando por los em– pobrecidos y marginados. Jesús utiliza en su evangelización y el diálogo y nunca el poder. Respeta la libertad y la alteridad,y nunca es impositivo como un legalista o moralista, aunque exigente en sus propuestas. Jesús, por tanto, rompe con muchos aspectos de la cultura y del A.T. judíos. Y será en su mensaje, en su contenido, donde aparecerá más claramente la novedad que él nos trae: la buena nueva deí Reino. 4.2.2. Jesús y su mensaje: la buena nueva del Reino Jesús, mediante sus palabras, explica y justifica sus gestos y actitudes. Al mismo tiempo en dicha predicación o anuncio nos comu– nica su contenido, su mensaje, es decir, cuál es lo determinante en su vida, cuál es el horizonte último. Lo último para Jesús no fue él mismo, es decir, el centro de su mensaje no fue predicarse a sí mismo. Tampoco fue el anunciar a la iglesia, y ni siquiera a Dios en sí mismo, sino a Dios en relacion con el hombre, es decir, proclamar el Reino de Dios (Me 1, 14), 3 su reinado, su voluntad para con los hombres. Así, anunciar el reino de Dios, y al Dios del Reino serán la clave de su buena nueva y el centro en torno al cual girará toda su vida. A) Jesús y el Reino de Dios Al enunciar Jesús el Reino de Dios no parte de cero, ni anuncia algo totalmente desconocido para los judíos. Jesús nació en una época 3 "Lo verdaderamente último, lo que da sentido a la vida, actividad y destino de Jesús es el reino de Dios": J. S0l3RINO, Jesús en América Latina. Su significado para la/e y la cristología, Sal Terrac, Santander 1982, 135. 104
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