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amenza diariamente la vida de los pueblos indígenas, "el Evangelio es el anuncio de una buena noticia: la de la Resurrección y la Vida, la de la libertad creadora, la de la paz y la esperanza. Cuando la evangelización destruye, suplanta o domina, es señal de pecado" (1983 Brasilia, 228). Así, "la causa de Cristo es la causa de los oprimidos" (1983 Brasilia, 228). La religión indígena fue una de las cuestiones relevantes del encuentro de Quito. Allí se señaló que todos los pueblos amerindígenas tienen arraigada la creencia en un Dios Supremo, que posee diferentes denominaciones. Es una religión cósmica y armónica, la cual establece unos principos y normas morales que orientan a cada indígena y a toda la comunidad fundamentalmente en cuanto al tipo de relacionamiento que ha de existir dentro de la misma. 1 Por eso en la declaración final se pide que se respete su religión y sus expresiones religiosas, al mismo tiempo que todo encuentro religioso y todo anuncio del evangelio ha de realizarse dentro de un contexto de diálogo sincero y de libertad religiosa (cf. 1986 Quito, 16), y no en un marco de imposición y de aniquilación de la religión indígena. · En el transcurso de los encuentros fue creciendo la conciencia de que Dios, a través de su Palabra y de su Espíritu, actuaba en los pueblos indígenas desde el inicio. Presencia muchas veces oculta, y bajo la acción del Espíritu que actúa y sopla libremente donde quiere. Todos los signos de vida que hay en los pueblos indígenas --incluido evidentemente su religión- proceden de Dios, son simientes del Verbo. El anuncio del evangelio, por tanto, no puede traer nunca para estos pueblos la muerte de lo bueno que en ellos existe, sino que, al contra– rio, ha de ser una buena noticia frente a las malas noticias de extermi– nio, de desintegración, etc., que diariamente reciben. Es decir, dicho anuncio tiene que traer para los pueblos indígenas la vida en plenitud, el Reinado del Dios que es plenitud de vida y se ha revelado en Jesucristo de modo pleno y definitivo. Cf. J. GARCIA, ll Consulta Ecuménica de pastoral lndígena~uito, julio de 1986, en La Iglesia en Amazonas nº 32 (1986) 12-13. 101