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Vaticano I y II) y con 'todo el afecto del corazón' (Pregón Pascual). El Evangelio es para la vida de los hombres e implica su participación activa (su conversión a Dios vivida en el amor que exige una responsabilidad en el mundo)" (1977-78 Pre-Puebla, 87-88). El centro del evangelio "está en Jesucristo" (1977-78 Pre-Puebla, 88), y las instituciones eclesiales dentro de ese proceso evangelizador desempeñan la tarea de ser mediaciones, y no otra. Referente a los indígenas explícitamente afirma que "no diríamos que los valores indígenas son antievangélicos ni carentes de un sentido cristiano, sino más bien que la profesión consciente de una fe en Cristo no es el factor determinante en su vida religiosa (... ). Estamos ac– tualmente en una situación de 'primera evangelización' (dirigida a la generación actual de los indígenas" (1977-78 Pre-Puebla, 96). Esta primera evangelización consiste en anunciar por primera vez el Evange– lio a aquellos que nunca lo escucharon, y en ayudar a que profundicen y se adhieran a él de corazón todos lo.s que ya alguna vez hayan escuchado la Buena Nueva y la hayan acogido (cf. 1977-78 Pre-Puebla, 99-100). El encuentro de Manaus de 1980 confiesa el amor de Dios a todos los hombres y a todos los pueblos, que se ha hecho presente entre ellos a través del Espíritu de Cristo (cf. 1980 Manaus, 112). Afirma que la evangelización que es "Anuncio de la Buena Nueva Liberadora, pasa siempre por los que 'no son nada' a los ojos del sistema de lucro y por los que son marginados por una civilización etnocéntrica y auto– idolátrica (cf. 1 Cor 1,27)" (1980 Manaus, 112). Este anuncio de liberación integral implica solidarizarse con los indígenas de modo cercano, conviviendo con ellos y como ellos (inculturación). El encuentro de Brasilia, en su segundo punto metodológico, el de la reflexión, es donde aborda la cuestión que aquí se está tratando. "Dios en su Palabra, por la acción creadora y por la presencia salvífica, está vivo y presente en el corazón de todos los hombres y de la máxima expresión creadora de ellos que es su cultura. Antes de cualquier intención o acción eclesial Cristo salva y llama a la vida a su pueblo y le lleva por un misterioso designio a la plenitud a través del propio esfuerzo" (1983 Brasilia, 228). Ante la noticia de muerte que acosa y 100