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4.1. Momento primero: datos de los encuentros indigenistas El encuetro de Melgar, siguiendo la doctrina del Vaticano II, desarrolló ampliamente este asunto en la segunda parte del documento (parte doctrinal). Allí se señala que todos los hombres han sido llama– dos a la comunión con Dios, siendo Cristo el "Centro de este designio salvífico universal" (1968 Melgar, 15, nº 7), a través del cual el Padre nos revela su iniciativa y la lleva a su cumplimiento. "Cristo es el hombre perfecto llevado por el Padre a la plenitud en virtud de su resu– rrección (GS 22), que hace de él el Señor de la historia y del cosmos (Hch 2, 36). En Cristo pues encuentra la humanidad el sentido del camino que ha seguido desde siempre (LG 13)" (1968 Melgar, 15, nº 7). Así, todo acto humano tiene que definirse -en última instancia– frente a Cristo. Todo lo creado y toda la historia humana están, pues, "penetra– dos de la presencia activa del Señor y de su Espíritu. Solo la comunidad cristiana, sin embargo, es plenamente consciente de ello; por la fe reconoce que el Señor realiza su obra de salvación y la lleva a su cum– plimiento por caminos a veces ocultos y acepta como responsabilidad propia la tarea de revelar la presencia del Señor en la historia (GS 40)" (1968 Melgar, 16, nº 10). Termina este párrafo diciendo que la iglesia es "enviada por El a anunciar el mensaje de salvación y hacer discípulos suyos (Mt 28, 19)" (1968 Melgar, 16, nº 10). Referente a las situaciones misioneras se indica que donde la iglesia se estableció "el Evangelio fue predicado y hasta llegó a penetrar las culturas, pero todo de una forma mediocre" (1968 Melgar, 19, nº 18). Por eso la presencia de la semilla del Verbo en las culturas indígenas ha de ser tomada en cuenta por la iglesia y ha de constituir "un punto de apoyo fundamental para la proclamación de la palabra divina en el anuncio del Kerigma" (1968 Melgar, 23, nº 27). !quitos en su reflexión teológica afirma que "como Cristo fue enviado por el Padre, así la Iglesia, habitada por el Espíritu que llena toda la tierra, es enviada a todos los pueblos para anunciar la Buena Nueva" (1971 !quitos, 44). Y añade que los misioneros han de 98

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