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76 P. EMILIO LOZANO MATEOS, CAPUCHINO tales de ·. Doña Bárbara sí, como rezaban tales documentos, debían encontrarse «depositados» o . «enterrados>> en la ca– pilla del Cordón de la iglesia conventual de Ano. ,, :.·,- Con mejor buena voluntad que requisitos previos de tese tigos oficiales y atestados de jueces y demás, el E,. P. J. José de Bilbao se entregó a la obra de rescate o de descubrimien– to de lo que creía firmemente sería el sepulcro de la Madre de Don Juan de Austria. Hechas las primeras excavaciones y en el mismo sitio de la referida capilla, se halló el esqueleto de la única mu– jer de quien se tiene noticia está enterrada allí antes de 1836, Doña Bárbara Blómberg. Fueron examinados detenidamente luego estos restos por el Dr. Sierra Cano, que aseguró pertenecían a una .mujer de un metro y setenta y cinco centímetros de aUura, de algo más de sesenta años, acaso setenta, y enterradaallí durante más de trescientos años. Posteriormente volvieron a ser examinados más deteni– damente a nuestro requerimiento estos mismos huesos por dicho Doctor, y su informe por interesante lo insertamos al final de este trabajo. Los achaques o enfermedades señalados en este informe por el Dr. Sierra Cano son en resumen: la «espondilartrosis» o soldadur a de algunas vértebras que origina frecuentes y enormes dolores, imposibilidad de mover brazos y cabeza y, naturalmente impide el movimiento normal de la misma columna vertebral. Algo similar se puede decir por la fusión de la parte o vértebra lumbar al sacro. Por último ·el Doctor señala que en una de las·rodillas hay escaso desarrollo del cóndilo femoral externo que la Obliga- -ría a un caminar con alguna oscilación hacía ese lado (4). Desearíamos haber podido enumerar en nuestro trabajo una por una las enfermedades o achaques que aquejaron a Doña .Bárbara Blómberg . durante los últimos años de su vida y mientras duró su·estancia en la ·provincia de Santan– der. El valor de este documento médico de nuestro amigo el Dr. Sierra Cano hubiera sido incomparablemente mayor.