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112 P. EMILIO LOZANO MATEOS, CAPUCHINO 1578 hasta junio -por lo menos- del 1579; hasta que se– guramente comenzó a percibir de las Rentas reales y por orden del mismo Felipe II la. pensión anual de los tres mil ducados que se le asignaron de por vida. Como ya .se hizo notar a su debido tiempo, de este fini– quito hace mención en el segundo, fechado cuatro años más tarde, en 1584. Aunque Rodríguez Villa lo publica íntegro, aquí sólo pre– sentamos su encabezamiento y la parte final, por ser la de mayor interés para nuestro trabajo. Rodríguez Villa hace una pequeña introducción al mismo que dice así: «Todo cuanto se refiere a la vida de la madre de Don ·Juan de Austria tiene interés histórico, así en España como en los Países Bajos. Por este motivo se publican aquí a continuación los tres documen– tos relativos a aquella señora, que existen en po– der del P. José de Uriarte, sapientísimo miembro de la Compañía de Jesús, a quien se deben también la copia de los mismos. Ellos vienen a confirmar y corroborar .los juicios y apreciaciones de Gachard, Lafuente y otros historiadores, en el sentido de que Madama Blómberg, a pesar de su excentricidades y dilapidaciones, nunca fue desatendida, ni olvidada, sino antes socorrida con prodigalidad, así por su hijo Don Juan, mientras vivió, como por la virtuo– sísima viuda de Don Luis Quijada, Doña Magdalena de Ulloa, y por Felipe II, después de la muerte de aquel insigne caudillo». A. R. V. FIN Y QUITO ENTRE MADAMA Y JUAN DE MAQATEBE. «Yo. mada barbara de blonbergh, madre que fui del serenísimo señor don juan de austria, que esta en gloria, estante al presente en esta villa de San c,;ebrian de mazote, digo que por cuanto el dicho don Juan mi hijo mando a Juan de Maxeteve, su criado, me viniese a servir de mayordomo, como lo hizo, y a asistido en el dicho mi servicio desde tres de Abril demyll y quinientos y setenta y siete,

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