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CARTA CLXXIV, 11 AGOSTO 1920 97 en comunicac10n con las divinas Personas, pero en el interior de V. R., no fuera. En mi Padre bebía mi alma la vida divina, y se deslizaban las horas en un abrir y cerrar de ojos. Se habrá fijado que he sustituído la palabra "aquí" por "allí", porque as.í lo oí y oigo siempre, y realmente yo le encuentro a mi Padre y le poseo en el seno de Dios, pero "aquí" y no "allí"; y que esté en el coro, o en la celda o en cualquier habitación, siempre le. oigo "aquí, aquí", porque Dios me acompaña y su presencia se impone a mi alma en todo lugar. Si pres– cindía de este requisito y me ponía a leer la carta, al primer renglón mi alma se perdía en la triple filiación divina que gustaba con viveza y veía comprendida en la primera salutación, que dice: "Mi muy estimada hija en Jesús." Necesitaría mucho tiempo para manifestarle lo que vi, entendí y re– cibí y gocé en solo este principio de la carta, cuando las tres Divinas Per– sonas se apropiaban la paternidad y se mostraban a mi alma preparándose para regenerarme y renovar continuamente mi vida espiritual por medio de mi Padre y según el modelo divinísimo del inefable misterio de la Trini– dad extendida a la Santa Humanidad de Cristo. A duras penas conseguí sa– cudir el sueño místico lleno de vida; y fuí poco a poco meditando y orando la epístola, repitiéndose el vuelo hacia las profundidades del seno de Dios cada vez que leía algo referente a su caridad, beneficios que me ha dispen– sado y a la dirección espiritual. Creo que he entendido todo lo que contiene la epístola, me he penetrado bien de la verdad. de su doctrina y de su capital interés, pero estoy persua– dida que no me he asimilado, al menos con la perfección que los requeri– mientos que me obligan a perderme en Dios. Lo he procurado, sí, y muchas veces, no sólo en la lectura o meditación de la epístola, sino que también recordando estas palabras de su carta fecha 28 de julio: "Pero tienes que prepararte debidamente para tanta fücha, primero con la preparación nega– tiva o despojo de ti misma, etc."; me he postrado en tierra en cruz, y puesta a los pies de :íni Padre le he pedido que me conculque, que me despoje de todo lo que no es Dios y a V. R. le desagrada, pues yo no quiero ser nada, nada, ni tener nada mío. He deplorado mi insensibilidad y le he pedido que extienda a mí su conciencia para que me arrepienta de mis pecados, sienta el desorden de mi vid.a y me aniquile, etc., etc., pues si no [no] lo puedo, porque perdí la conciencia; no tengo conciencia, ni sensibilidad, ni criterio, ni nada, nada, si mi Padre no me lo da. Después de haberme puesto a sus pies y resignado enteramente para que obre en mí según su conciencia, cri-
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