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92 CORRESPONDENCIA.. DE LA M. :ANGELES· CON EL P. MARIANO i eius lampades ignis atque flammarum (1), etc. y he sentido y palpado su perfecto cumplimiento a favor de_ mi pobre alma. Otras veces se impoIJ.e a mi alma la tercera Persona de la Trinidad, me recuerda las comunicaciones divinas que me prodigó desde mayo hasta octubre de 1913, especialmente la noche del 29 de julio y la mañana del 30 (2), repite las palabras que me dirigió mientras me revelaba los tesoros de amor y ternura que entraña y el modo admirable con que cumpliera conmigo los oficios de Padre y Madre: In charitate perpetua dilexi te (3), etc.; y hecha esta manifestación, se es– conde o se oculta para que le reemplace mi Padre, cuya dirección se me im– pone como sustituyendo las comunicaciones y requerimientos inmediatos o directos de mi Dios Espíritu Santo en el momento preciso de pedinne el co– razón para que lo informe en su Amor increado y arda en El en perpe· tuas eternidades con estas palabras: "Dame, hija mía, tu corazón y obser– ven tus ojos mis caminos (4,)." Un momento después que le he visto _escon– derse o sepultarse en las profundidades de la Divinidad percibo su presencia y su amor a través de V. R. en el mismo Dios, y ora me enviste, ora me arrastra hacia las profundidades del Ser divino para transformarme o tras– pasarme a su infinita personalidad para que ame la eterna bondad con su mismo infinito y eterno amor. A mi Dios identificado con V. R. y a V. R. identificado con mi Dios le he visto como dueño absoluto de mi alma refor– zar lo~ cerrojos de las puertas del santuario de mi vida íntima para que no vuelva a penetrar en él ningún extraño y estorbe o entorpezca la influencia de la direc;ción que obra en mí con toda su virtud y fuerza divina. Yo me alegro infinito de esto, y cuando más sola y abstraída de las cria– turas, más feliz me siento, porque encuentro en mi Padre todo lo que nece– sito para mi santificación y felicidad. Es mi centro, mi vida, mi todo, por– que todo, todo, me viene y lo encuentro en V. R., y poseyendo a mi Dios como lo poseo en mi Padre, no sólo me sobran todas las criaturas, sino que me sería violento fijarme en ellas si no es por obligación como superiora, etcétera; pero aun en medio de mis ocupaciones exteriores mi alma está don– de vive y es su principio de fuerza, en el corazón de mi Padre unido a mi Dios inseparablemente. (1) Cant. VIII, 6. (2) Véanse / tinerario místico, Parte II, págs. 221 · y sigs.; La vida espiritual, 2.ª edi– ción, Madrid, 1956, pág. 216, nota 6. (3) ]er. XXI, 3. (4) Prov. XXIII, 26.

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