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CARTA CLXXIII, 4, 'AGOSTO 1920 .81 Pues bien: como tenía alguna intención de dibujar y explicarme todo ·el libro de los Cantares, hacia el mes de febrero del presente año inutilicé lo que había escrito sobre esto, máxime porque describí varios episodios en el cuaderno. que escribí por orden del P. Alfonso, según se cumplieron en mi alma el año 1912 y 13 y en los Ejercicios que hice en 1915 y a fines de 1917 y principios del siguiente. Me pareció, pues, una inutilidad conservarlo, y lo destruí. Sólo reservé parte del capítulo quinto y sexto y principio del séptimo y octavo, aplicado a la Santísima Virgen. Destruí, además, los ori– ginales de la obra de referencia y el diario que escribí por orden del P. Al– fonso. Este fué el primer fruto que saqué de la vida libre sin dirección. Si no destruí todos los escritos, fué porque no se me ocurrió mirarlos; de lo contrario, les esperaba la misma suerte; y si hoy estuviera sola, sería lo primero que haría, porque tengo sentimiento de no haber acabado con to– .dos. Si es falta, perdóneme. Con frecuencia me siento tentada a faltar a la obediencia en esto, y seguramente que lo hubiese realizado a no temer tanto la desobediencia. 2.-Envié los escritos al P. Nazario Pérez en los meses de octubre o no– viembre de 1919, no recuerdo las fechas. El P.. Alfonso debió salir de Va– lladolid para Galicia hacia el 30 de diciembre de 1919. Serviq.ora estaba enferma cuando vino a despedirse. El 7 ó 9 de octubre del citado. año me impuso mandato de enviar los escritos a los Padres de Santiago o de Can– tabria; pero ya antes, en junio, me indicó que deseaba se imprimiesen y varias veces me había requerido para esto el P. Arintero, por cuyo motivo mandé a Sor Maria que le notificase a V. R., por medio del P. Diego, por– que veía venir lo que sucedió, y deseaba enajenarlos para evitar el compro– miso. Si mal no recuerdo, le escribió Sor María en este sentido hace un año, pero Nuestro Señor dispuso o permitió que mi Padre (entonces Padrastro) no se hiciera cargo de ellos, conociéndome. como me· conoce y que no soy capaz de resistir a la .autoridad y súplica persistente. En los Ejercicios me dió otra tentativa el P. Arintero, quien parece ser que insiste en lo mismo. Digo esto, porque ayer vino, y al decirle la tornera que servidora no. podía salir al locutorio, llamó a la M. Vicaria y Maestra de novicias y les dijo que su objeto era publicar algunos escritos de servidora en una revista que (6). Y, - en efecto, el P. Arintero fundó, en 1920, la revista titulada La Vida Sobrenatural; pero en vida de la sierva de Dios no publicó ningún escrito suyó; lo hizo después de su muerte. Cfr. P. MELCHOR DE PoBLADURA: Una flor siempreviva, págs. 93 y siguientes.

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