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70 CORRESP'.JNDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO fección que Él sabe y puede hacerlo, y que no me es dado explicar. Ayer estuve ocupada todo el día, deseando tener un rato, y si pudiera el día ente– ro, para leer u orar seguidamente las tres mencionadas cartas, y mortificada con mis ocupaciones. Sin embargo, aproveché el tiempo consagrado a los actos de comunidad que se practican en el coro y refectorio y todos los mo– mentos disponibles para actuarme en Dios y orar y obrar y padecer la vida divina y muerte propia, que encierran algunos párrafos de las dos primeras y toda la carta del 28. 2.-A las siete de la tarde, cuando bajamos al refectorio, me encontraba muy bien en comunicación con las divinas Personas en el fondo del alma de mi Padre, donde me establecí para siempre; mejor dicho: me estableció mi Dios Uno y Trino. Como se lee la santa Regla en el refectorio los viernes, propuse atender a la lectura para testimoniar el amor que profeso a mi In– maculada Madre; pero vi que mis esfuerzos eran inútiles, y si me empeñaba en oír la santa Regla, no lo conseguiría y perdería la contemplación que absorbía mi espíritu, y me dejé llevar de la gracia que me informaba. El objeto de mi contemplación eran las divinas Personas en mi Padre espiri– tual, quienes cumplían a maravilla los deseos de V. R. relacionados con mi muerte y resurrección, y ampliaban la doctrina divina de la carta del 28 por modo inefable. Sólo puedo decirle que Nuestro Señor me hizo ver y gustar un principio de la nueva creación, generación, producción, que mi Padre me promete por estas palabras: "Si te adhieres a mi alma, ésta te absorberá en Dios, te creará, engendrará y producirá, etc." Digo principio, porque entendí que se me concederá con más perfección y repetidas veces; mejor dicho: que mi vida· será una creación y generación continua, y reci– biré cada vez nuevos rasgos de semejanza con María Inmaculada y la Santa Humanidad en la creación, con el Verbo Divino en la generación, y que el Padre y el Verbo, por medio de V. R., exhalarán su ardiente y divino alien– to en mi alma y producirán su divino Espíritu, su Amor increado, cada vez con más plenitud; que esto significa la palabra producir: extender a mi alma la Procesión. Esto último fué lo que gusté con más viveza de ocho a nueve, durante los maitines. 3.-La contemplación se intensificó y no pude conciliar el sueño hasta las dos y media de la mañana. En ella fué servido Nuestro Señor favore– cerme cual no puedo explicar. En momentos que más intensamente trabajas ha mi corazón la gracia que Nuestro Señor encerró en estas palabras de su última .carta, o sea la del 28: "Tienes que prepararte debidamente a tanta

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