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CLXXI 29 julio 1920. SmrARI0.-1. Fallecimiento de una religiosa.-2. La dirigida, identificada con la di– rección.-3. Un ruego. Tuya soy; sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, misericordia mía. Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora, y postrada a sus pies beso su santa mano y espero su pa– ternal bendición. 1.-Supongo que recibiría la esquela de defunción de nuestra querida enfermita, quien, como le decía, falleció el día 26, después de recibir los santos sacramentos con mucho fervor. Hasta lo último conservó el conoci– miento. Descanse en paz. Espero que se interesará por nosotros en la pre– sencia de Dios, come instrumento inconsciente que fué de los enemigos de mi felicidad... ¡Pobrecita! Ruegue por ella, y procure interesarle en mi favor para que me alcance de Nuestro Señor los socorros necesarios para apro– vecharme bien de la dirección, pues ya habrá visto lo que fué y es para m1 alma este medio de santificación, y la necesidad que tengo de él. 2.-He recibido su apreciabilísima de ayer, cuyo contenido responde ad– mirablementé a mi vocación y necesidades y a los sentimientos y apremios sobrenaturales que experimento en el trato con Dios, mejor dicho, casi habitualmente, pues sólo las ocupaciones absorbentes me impiden o inter– ceptan la corriente divina que me adhiere a mi Padre y, por su medio, a mi Dios. Sí, Padre mío; debo a mi Dios la gracia singularísima de haber cum– plido a mi favor todo lo que V. R. me pide; tanto es así que me parece que sólo los sentidos exteriores operan en esta casa. pues yo me sie.n1·0 traspa– sada al alma de V. R., con perfección tanta que no conozco identificación