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CA!{TA CLXIX, 24-25 JULIO 1920 57 limita a esto mi anhelo, sino que quiere, pide y necesita reproducir del pro• pio mo<lo y con la mayor perfección posible a la. criatura el inefable miste– rio de la Unión Hipostática con las relaciones divinas establecidas en su seno, en la vida íntima de Dios Humanado; con la particularidad que quie– ro poseer a la Madre juntamente con el Hijo. Anhelo compartir el enjesusa– miento de mi Madre y Reina divina, el mutuo y admirable comercio esta– blecido entre ésta y su divino Hijo, .con la Señora penetrar en el santuario de la Unión Hipostática y apoderarme de las tres divinas Personas que en · Jesús habitan, y que todos los divinos Misterios de la Trinidad, de la En– carnación y de Marí:a queden esculpidos en mi alma, mejor dicho, en todas mis facultades, hasta en mis pasiones, porque toda yo quiero pertenecer a mi Dios en alma y cuerpo y ser como Jesús y María, divinizada. Pero el gemido amoroso y suplicante y el vivo anhelo que trabaja mi alma, no sólo me pone en comunicación directa con las divinas Personas, con la deífica Humanidad y con la Santísima Virgen, sino que también con mi Padre Espiritual, a quien me adhiere para demandar la gracia que tan ardientemente deseo. En este acto de adherencia, mi ansia se acrecienta, y ·mis gemidos se intensifican, y mientras demando el favor y reclamo los inefa– bles misterios, cuyo cumplimiento se me impone, invoco a las divinas Per– sonas, y con ansias inexplicables pido a cada una que se extienda a mi Pa- · dre, a mi santificador, vivificador, el· encargado de traspasar a mi alma los divinos misterios, etc., y que se apodere de él, que lo penetre, lo informe, divinice, se trasfunda en su vida y deposite en su seno la Vida y Relaciones divinas, objeto de mi amor, para que a su vez me lo comunique y me rege• nere y divinice. ,'3.-Imposible manifestar todo lo que entiendo y siento, pero no dudo que mi Dios se lo dará a conocer, si no lo ha hecho ya. Tan imperiosa es la necesidad que siento de que mi Dios se comunique a V. R., informe su vida, etc., que, impulsada por ella y animada por una fe vivísima, de una confianza sin límites, me adhiero a cada una de las divinas Personas y, amando a más amar, les requiero. Mas no siempre espera Nuestro" Señor a que yo le requiera, sino que me llama en la persona de V. R. para que par– ticipe la. .vida ·divina que quiere comunicarme por su medio. En el último caso, el. gemido del alma comprende la doble comunicación de los divinos misterios, y ora en el plural. Otras veces, Dios se revela en mi alma a través de mi Padre, identificado con V. R., que presenta el aspecto de una vida rebosante, o la imagen de Dios, plenitud de ser obligado a comunicarme la
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