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CARTA CLXVIII, 24 JULIO 1920 Mi Dios Humanado me significó que la dirección no se limita a santifi• car mi alma, divinizarme, etc., que esto es lo principal; pero que, además, debe contribuir a la santificación de V. R. (por lo menos), y que no quiera acompañarle en sus visitas sacramentales a mi Padre para recibir gracia; vida, luz, amor, etc., solai:nente, etc. Ya vor a terminar, porque temo que se extravíe la carta por exceso de peso. 6.-En mi comunica,c10n con Dios he reconocido nuevamente lo que me dice del mal estado en que me encontró, y que necesito muchos grados de vida divina para resarcir las pérdidas habidas, las infinitas muertes que ha recibido mi pobre alma durante su larga y penosa ausencia, especialmente el último año. Sí, Padre mío, sufrí muchas muertes, y lo peor es que la cul– pa es mía, no sólo he matado mi alma, sino que también la vida de Dios, y he ahogado infinitos impulsos del Espíritu Santo y resistido a sus divinas imposiciones. Es verdad que me encontró hinchada e infatuada y de esto último creo que no me he corregido. Tengo necesidad de aprender a ser cuerda, que me despierte del sopor y me humille y pulverice, para que sea humilde, que no lo soy, sino muy soberbia. Lo que no he comprendido es la grosura, sebo, etc. He pensado si se refería al espíritu humano. En caso afir– mativo, si el espíritu humano procede del demonio (como mis pecados), des– trúyalo; si 19 recibí de Dios, procure divinizarlo y ponerlo al servicio de la gloria y felicidad infinita de mi Dios, que prefiero a mis intereses, o quiero preferirlo. Arrójeme todos los días en el cáliz y láveme de todas mis man– chas, y las bendiciones que me da haga intención de enviármelas acompaña– das el.e la absolución de mis graves culpas, y mi Dios querido hará eficaz su int~nción, cumplirá mi vivo arihelo de recibir la gracia sacramental. Sor Angeles.

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