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CLXVIII 24, julio 1920. SuMARI0.-1. Un recuerdo de la Carta Epistolar de 1912.-2. Dios, el Director y el alma.-3. Y a descanso en V. R.-4. Poder que Dios ha dado al Director sobre el alma de la Dirigida.-,5. Vi reproducido el misterio de la Trinidad en nues– tras santas relaciones.-6. Sí, sufrí muchas muertes. Deus cordis mei et pars mea Deus in aeternum. Mater Dei, ora pro me. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Pedre de mi alma: Le saluda respetuosamen– te su hija pecadora y postrada a sus pies, besa su santa mano, y espero su paternal bendición. 1.-Creo que le dije a V. R. que tenía intención de leer la carta epist~– lar de noviembre de 1912 (1). Durante la crisis dolorosa que padecí inme– diatamente después de su visita paternal en la fuerza de la tentación que trabajaba mi corazón contra la dirección, volví a guardarlo sin haber leído ni un renglón. Hacia el 26 de junio, cuando se alivió mi situación, parecfa. me que Nuestro Señor ma llamaba del cajón donde tenía guardada la epís– tola y del centro de ésta: que en' la doctrina expuesta en ella, y especialmen– te en la aplicación que me hizo V. R. de las siguientes palabras del Salmo 2: Filius meus es tu, ego hodie genui te (2), me esperaba mi Dios, porque ahora es cuando se cumplirán en mi alma con 1a perfección que su Majestad desea y se propuso al inspirar dicha epístola, los misterios divinos que contiene relativos a la dirección, la paternidad y la filiación, por ejemplo, que con- (1) Así, efectivamente, se lo decía en su carta fecha 5 de mayo. Véase más ~rriba, página 15. (2) Salmo II, 7.
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