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CARTA CLXV~; 13 JULIO 1920 4,3 tó completo de mi alma, y en ella veía yo la paternal amoros1S1ma pro~i– dencia de mi Dios, dirigiéndome y acompañándome en todas partes como encarnado en V. R. o en su paternal dirección. Veía, pues, la dirección es– piritual. en aquel Rostro divino, cuya mirada escrutadora producía santidad ·en mi alma, gérmenes divinos que elevaban y divinizaban mi espíritu. La ofra visión era de caridad y misericordia infinita de mi Dios como encarnadas en la dirección, lo mismo que la providencia. Tan divina er1;t ésta como la primera, y ambas parecían completas, aunque se repitió más veces la visión de la caridad. Mostrarse ésta y traspasarse mi alma a la direc– ción, al espíritu, ahria, o no sé qué, de V. R., representad.o en aquella ima– gen de la. caridad y misericordia de Dios, era todo uno, y esta unión, adhe– rencia o identificación de mi alma con V. R. se cumplía en un instante sin previo avise ni con~entimiento, al modo que se cumplen los sentimientos espirituales y toques sustanciales de Dios Nuestro Señor. Cuando me daba cuenta de la visión, estaba hecho todo; mi alma, traspasada a la dirección, presentaba el aspecto de una niña inocente extática, colgada al cuello de su padre, mejor dicho, unas veces pendiente del espíritu de V. R. y otras, adherida divinamente 1 .y siempre elevándose hacia arriba, al modo que se representa la Ascensión de Nuestro Señor, coi'i la diferencia que, en lugar de ascender sola y por mi• propia virtud, subía apoyada y arrastrada por la dirección y divinamente adherida. No sé si me explico. Sentía un cariño divino hacia V. R., una fe y confianza completas y mil otras cosas que me recordaban la visión del 18 ó · 19 de noviembre de 1918, cuando mi alma ardía .en el amor ·de Dios y .del Dir~ctor sin diferencia, y Nuestro Señor me insinuó .la· _necesidad de elevar mis relaciones directivas a aquella pe~- .fección para pa~Hcipar su vida divina_ en el aito grado que deseaba y recl~·- maba mi capacidad. · Los primeros días, trabajada por la tentación, protestaba contra esa. unión o ídentificación que .se cumplía .y repetía en mi. ahna. Rti_cuerdo que ~i 26 ó 27 de junio (creo que fué el. 26), en momentos de felicidad inefable, re– pitióse · dicha unión y fuí requerida para confirmar con mi consentimiento. ·Vi la necesidad de .la dirección con la perfección que se. me imponía, pero recordé lo .que me dijo V. R: cuando le pregunté del tiempo que debo ef?• cribirle; o ·sea, que yo le escriba cuando quier.a .o .lo n~cesite, etc., pues ~s ·limitado. La palabra limitado es fo primero que se me. ocurrió y lo que -no podía: sufrir, y así le dije a Nuestro Señqr: "El Padre me ha dicho ql!'e es limitado, ruégote, pues, que me dirijas por ti mismo y no quieras com•