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42 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO por medio de V. R. en el sagrario, adhiriéndome ya a una Persona, ya otra,, pero siempre en V. R. Posteriormente, a pesar de mi firme adhesión a la dirección, varias veces vacilé pensando si serían ilusiones mías lo que me· parecían comunicaciones de Dios, así como el recogimiento y bienestar que· experimentaba, y con muchas veras le pedía a mi Dios que le manifestase· su voluntad a V. R., ya que tanto amo su divino beneplácito y lo prefiero, a todo; y si V. R. me contestaba que no es voluntad de Dios que tenga di– rección, con mucho gusto me sepultaría en el silencio y por el silencio en su divino seno para siempre jamás. Me inclinaba a esto pensando que me, ayudaría para perderme en Dios, porque reconcentrándome en mí misma po– dría prescindir hasta de los sentidos para mis progresos en las vías de Dios,. y le preguntaba a Nuestro Señor por qué no quiere dirigirme por sí mismo,. pues puede hacerlo y hasta había oído decir que las almas que viven en mu– cha intimidad con Dios no sienten necesidad de dirección. Por toda res– puesta Nuestro Señor me ponía delante las comunicaciones divinas que me· ha concedido por medio de V. R., y me insinuaba que la dirección es el ·mejor medio para que mi alma penetre cada vez más adentro en el seno de la Divinidad; y, por el .contrario, la falta de dirección sería motivo de di– sipación, etc., etc. Cuando recibí su carta, al ver que confirmaba lo. qu~, ,había .entendido en mi trato directo con Dios, hice un acto de fe y adheren– .~ia a la dirección y .pr'opósito firme de rechazar todo lo que me viene en contrario, y esto perpetuamente. .;;;· . ! ' No volví a tener nínguna vacilación ni tentación contra. la dirección, a1 .~ontrario, la he amadq y estimado, y en ella tengo toda mi esperanza, s1 ,desaparece Úna p~quefia divergencia que veo en las manifestaciones de la, .voluntad de Dios Nuestro Sefior. 2;-Antes de. manifestarle la divergencia, explicáré lo que llamé en mi& •anteriores una cqsa · divina. Dos visiones se impusieron a ·mi alma desde ~l ,20 de junio .hasta un día. o dos antes de recibir la última de V. R., no siem– pre con la misma intensidad, pero sí con 'efectos maravillosos o de santifi– :cación, consigui.endo en ambas cambiar mi situación cuando me sentí.a t~n– ' tada contra la dir.ección. Cuando menos lo pensaba, me sorprendió mu.chas veces la visión de un Rostro divino, divinísimo, con su mirada fija en mí,, •y muy cerquita de mí, a la derecha. Su mirada era divinísima y penetraba .tqdo. Parecía ~ostro, y el Rostro era ojo, mejor dicho, todo el rostro era ,_como llna poten?ia visiva dotada de ána luz asombrosa, de_ un conocimien-
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