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:28 CORnESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO comunicaba mi penosa situación, .inspirándole algo que no me conviene y que se cumple .en mi ,pobre alm:a o me coroprende el juramento del citado Salmo: Quibus jur:avi in ira mea si introibunt in requiem meam (4). Era lo único. ,que faltaba para completar mi desventura: desesperar de mi salva– ción, y ;para esto me bastaría verme otra vez fuera de los caminos de Dios, arrastrada hacia el abismo por quien debiera conducirme a la eternidad di– chosa, castigo terrible, pero muy merecido, por quien ha ahusado de todo, en todo ha pecado y ha agregado la soberbia, rebelión y negra ingratitud a una gran ,perversidad, a mi vida desastrosa. Desde el 20 por la noche, que empecé a sufrir en el sentido que he dicho, hasta d 26,. en la dirección no vi más que su aspecto doloroso, nada que me atrrasiga fuera de la fe que tengo en las oraciones de mi Padre, en la eficacia ,que Nuestro Señor se digna conceder a las mismas, cuando ruega por su hija pecadora; ;más .un apoyo, un muro o cerco que me segrega de las criaturas y me sustrae los .peligros de que está sembrado. el comercio humano y mi lazo de unión con, Dios. Estuve trabajada por esta idea, que ignoro si era de Dios o tentación del diablo, que no roe c.onviene dar cuenta de la oración o de mis relaciones sobrenaturales. Cuando viene a Valladolid, confesarme, oír lo que me dice, pero sin previa manifestación de mi vida interfor, pues de fo .contrario ime dirá no lo que siente y le inspira Nuestro Señor, sino según llos sentimientos que yo le inculco, porque .soy capaz de engañar al más listo y prevenido, ,si exteriorizo mi vida espiritual; que. conviene vivil' •en la disposición de ánimo que salí del confesonario el 18 respecto de mi vocación, y que debo hacer voto de no cambiar de parecer y conservar las impresiones ·que Tecibí y conservo todavía; si no lo hago, que me expongo a condenarme, 3/ tendré un infierno aquí y otro allí. No lo ,permita el Señor. Harta desgracia fué vivir cuarenta y siete años fuera de los caminos de Dios, <levorando infinitas penas sin esperanza de premio para un alma trabajada continuamente· por los apremios de un Dios amante, que la atrae a sí con imperio soberano, cuya .resistencia le cuesta lo que sólo el mismo Dios sabe y d. alma que lo sufre. En la crisis dolorosa, varias veces se me impuso la dirección actual como cosa divina o participación de Dios. Duraba unos memento;: y cesaban las tentaciones y los sufrimientos; experimentaba un bienestar inefable, parecido a la felicidad que produce la presencia de Dios, elevación y renovación, etc. Después volvía a mi estado de sufrimiento. (4) Salmo XCIV, 11; Hebr. III, 11; IV, 3.

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