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CCXVI 1 ó 2 junio 1921. SUMARI0.-1. ¡Viva la santísima voluntad de mi Dios!-2. Curso de la enfermedad. Adoro, amo y ábi"ázo con todo mi corazón· la santísima y a.tna:bi1isimá vo" Íuntad de mi Dios. ¡Viva el divino querer! ¡Bendito sea:! ¡Bendito sea! M. R.. P. Mariano de Vegá. 1.-Mi venerado Padre: Aprovechó estos mómen:tos de alivio ·pa:•ra dictar la presente (1), pues nó dudo que su corazón de Padre espeta: con ansiedad noticias del estado de su pobre hija. Pues bien: paréceme que se ha iniciado la mejoría, aunque todavía no tengo certeza del resultádo final, pu.es conti~ núo sufriendo mucho; tanto es así, que anoche rió he tenido un momento de reposo; y de día sólo breves momentos he pasado tranquila hasta esta hora, cuatro de la tarde. He dicho que sufro mucho, mirando mi flaqueza y exttáotdiriafiá sensi– bilidad; pero teniendo en cuenta la bondad de la divina: voluntad, lo mucho .que le debo, mi vocación a su perfecto cumplimiento y el amor y entusiasmo y estimación que me inerece, todo me parece poco. De aq_uí mi resignación y las alabanzas que tributo a mi Dios, muchas veces con lágrimas en los ojos. ¡Bendito sea Nuestro Señor! Todo es poco por su amor. No quiero que quiten una gota del cáliz de la Pasión que su átnot misericordioso me reserva, aunque cueste a ia naturaleza soportat su amargura:; ni tampoco pido que afiada nada, porque lo amo todo en el di'vfoo querer, cuyo divino cumplimiento amo sobre todas las cosás. ¡ Viva la santísima voluntad de mi Dios! ¡ Cúmplase en mí sU: divino be– neplácito! Alguna vez se me ha ocurrido pedir a Nuestro Señor que me dé . (1) Desde el mes de mayo se recrudecieron sus dolencias habituales, imposibili– tándola para la dirección por escrito. Y esto explica las pocas cartas de este último pe– ríodo de su vida.
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