BCCCAP00000000000000000000899

CARTA CCXIV; 25 MARZQ 1921 28& tan prodigan como a su obra maestra. Al mismo tiempo ofrecía al Padre lá sap.tísima Pasión, como prueba de la fidelidad y amor del Verbo Encar– hado. Y, en fin, tantas otras cosas que no es posible explicar. Creo que algo o mucho se ha reproducido en mi alma, lo que me indica de la santa espina que reverdece en este día... (4). Anoche, mientras oraba a los pies de una santa imagen de la Virgen y derribaba. a sus plantas todas las grandezas creadas, y hasta quería tributar– le adoraciones divinas, infinitas, y lo procuré en nombre de las tres divinas Personas enamoradas de su belleza y santidad, y sentí que en mi interior se: abría un abismo, especie de templo que en el momento lo dediqué al Verbo Encarnado y pedí a Dios Padre que lo extendiera a mi alma, pues aunque miserable, sucia, fea, etc., había procurado revestirme de la pureza y espiri– tualidad y santidad inefable de María; por toda respuesta mi Dios me hizo ~entir la presencia del Verbo Encarnado en mi alma, y entendí que está dis– pue:3to a ·entregármelo ,continuamente y cada vez con más perfe.cción. Todas estas cosas o relaciones están acompañadas del amor, o sea de la influencia divina de la tercera Persona de la Trinidad, cuya presencia he palpado 'de modo visible. Además, tengo como a la vista toda la vida o histo– ria divina del Verbo Encarnado, especialmente su santísima Pasión, cuyos misterio,s he ,adorado, amado y ofrecido al Padre, e invocado para que se: repitan o reproduzcan en mi alma. Pero lo veo todo rodeado de inefabili-, dad, de distinta manera que lo ven otras almas, y todo en el seno de Dios,, como manifestaciones del Espíritu Santo, o sea del Amor que Dios se tiene a Sí mismo y tiene a la creación. Entiendo que soy llamada a contemplar despacio cada uno de los misterios del Verbo Encarnado y asimilármelos, con la perfección que mi Dios querido me ha concedido comprender, y asi– milarme el inefable misterio de la Encarnación y Unión Hipostática, especial– mente la Pasión. Como prueba, mientras escuchaba las antífonas, responsorios, etc., de Mai– tines, vi abrirse abismos de luz en la historia y especie o imagen divina de mi Dios Humanado paciente, que absorbía mi inteligencia o mirada. Ya es tarde y no puedo más. Como prueba de que soy llamada a com– partir con María toda la vida de Jesucristo, no sólo la Encarnación, mi Rei- (4) En su carta del 20 de marzo le hablaba el Director de la milagrosa Espina con– servada en Adria: "En Adria se conserva una Espina del Señor, la cual, el año que el Viernes Santo cae el 25 de marzo, manifiesta el prodigio de ponerse verde en dicho día. ¿No querrás también tú, hija mía, reverdecer y dar nuevas señales de vida espiritual?"

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz