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270 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO mi alma cual no lo fué ninguna, sin embargo de serlo todas mucho, y medio de dar grandes avances en el conocimiento y amor de Dios. Mas también lo es que en el estado presente mi alma no puede detenerse en los medios, sino que mira y va siempre al fin. Y por esto, Padre mío, repito lo dicho: tengo que contestar que soy más nada que nunca y la nada no posee en sí ningún bien, sino que lo tiene todo en Dios, en quien vive, y este todo es el mismo Dios. Sin embargo, veré si puedo dar alguna explicación en adelante, pero me creo que tendrá que ser en el día que recibo o experimento los efec– tos de la unión, pues pasado ya no puedo mirar atrás, a no ser que la nueva comunicación esté relacionada con las anteriores, en cuyo caso lo recuerdo perfectamente. 11.-Es tarde y no quiero perder correo para que pueda recibir ésta an– tes de comenzar el retiro, en el que espero me tendrá presente y multiplica– rá sus plegarias y bendiciones paternales a favor de su pobre hija. Procura– ré acompañarle en espíritu, orando las divinas cartas que poseo y estimo sobre todas las cosas, pues son espíritu y vida para esta pobre alma ham– brienta y sedienta de su Dios y que a pesar de su pequeñez, vileza y· crimi– nales obras, o sea gravísimos e innumerables pecados, no gusta más que de lo divino y lo más divino; esto es lo que encuentro en sus cartas, como ya le dije, una teología mística que me gusta, entiendo y me aprovecha, pues todo lo demás me fatiga, cansa y distrae, excepto la Sagrada Escritura, pero no la leo ni puedo leerla, aunque tengo en la celda el Nuevo Testamento por devoción. Bendiga a quien es toda suya y una vez más se le entrega y se adhiere a su alma para que me eleve a Dios y me deifique, Sor Angeles Sorazu.