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CARTA CCXI, 19 ENERO 1921 267 7.-Ayer tarde se reunieron en nuestra celda las Discretas para tratar de la postulación o de la dispensa de Roma para postular en la próxima elección de Abadesa (que será en abril o mayo). Mi jumento se preparó para protestar en contra de la intención que manifestó el Discretorio, pero me limité a suplicarles que cuenten primero con Dios, pues me parece una especie de ilegitimidad la reelección en las presentes circunstancias, pues ya no es necesario donde hay religiosas revestidas de cualidades inmejorables. Parece que quedaron en su opinión. No quise fijarme en nada hasta saber la opinión de V. R., pero la verdad que debieran de prescindir de servidora en la próxima elección y dejarme como a trasto inútil, pues lo soy no sólo por carecer de las virtudes (que poseen las religiosas citadas), sí que tam– bién por mis padecimientos que, unidos a mi flojedad y tibieza, hacen. de mí una Abadesa relajada y piedra de escándalo para la comunidad. ¿Le parece bien que me niegue a aceptar o dar el visto bueno para la solicitud que quieren y piensan elevar al Prelado? Caso de desentenderme de la co– munidad, ¿le escribiré al Sr. Arzobispo manifestándole mi falta de salud y la necesidad de que me dejen vivir como enferma? Sé que no merezco que se me concedan alivios humanos y el alivio de los alivios que es la vida tranquila de súbdita enferma, que acomoda su horario a las energías de que dispone y a los sufrimientos que la aquejan, quizá con más aprovechamiento del espíritu y menos trabajo corporal. Pero también vivir como vivo se me hace doloroso, y el jumento suspira por la libertad, máxime si no es volun– tad de Dios que se haga la reelección. Aunque esté en Ejercicios, ya hará el favor de contestarme, pues parece que piensan escribir al Prelado uno de estos días. 8.-La queja que mi Padre indica en su grata de ayer es justificada· (1), pero sírvale de consnelo saber que durante mi retiro y después y siempre deploro mi ingrata correspondencia, torpeza y nulidad para aprovecharme como debía de su santa y paternal dirección y divinas enseñanzas. Puede, pues, absolver a quien aborrece lo que es y ha sido y ejecutado hasta aquí, y pídale a_ Nuestro Señor que me conceda gracia eficaz para enmendarme y aprovecharme mejor en lo sucesivo, que yo prometo la enmienda o procu– rarla, pues ignoro si lo conseguiré. Si lo consigo y i;;oy o. llego a ser santa de verd.ad, tal vez pued;i escribir lo que me pide, aunque lo creo. difícil, pues (L) Se quejaba el Director de que todavía no le hubiese enviado por escrit'> la cuenta de conciencia de los últimos Ejercicios.

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