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260 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO predicación. Mientras esto me significaba, sentí un amor y celo ardiente por la gloria de mi Dios Humanado, y con mucho gusto me ofrecí para acompa– ñarles en la predicación del Evangelio al fin de los tiempos y como ellos recibir después el martirio. Por toda respuesta mi Dios Humanado dejóse sentir de mi alma, y por modo misterioso, subyugador, me significó que sí compartiré la misión de Enoc y Elías, y también seré mártir como Ellos y antes de Ellos, pues le daré a conocer al mundo en el siglo presente y mien– tras cumplo mi misión recibiré el martirio, pues ningún martirio más penoso para mi alma y contrario a mi inclinación a perderme en su infinidad, que el trabajo escriturario. ¿Sería el demonio quien esto me significó? ¿Será él quien se revela a mi alma, me habla o significa las cosas que entiendo, y me inspira lo que sien– to, mis afectos, aspiraciones, mi vida espiritual? Véalo V. R., pues bien pu– diera ser que todavía no conozca al verdadero Dios, pues de Santa Catalina de Bolonia se dice que varios años estuvo creída que era Jesús Crucificado quien le hablaba y era el demonio. Mi deseo es conocer la verdad y cumplir la voluntad de mi Dios, del Dios verdadero, del Dios de los cristianos, y V. R. tiene que decidir este punto capital. No puedo más. Bendiga a su humilde y reconocida hija, que besa sus pies y manos, Sor Angeles~