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CARTA CLX!II, 20 MAYO 1920 23 parece que no tengo lesión en ningún órgano y, sin embargo, me siento cada vez peor. El año pasado también estuve mal desde diciembre hasta junio. Alguna vez pienso si estará cerca la muerte, pero .no me pre(:)cupa. No puedo desear ni rehusar nada porque encuentro mi felicidad en que se cum• pla la voluntad de Dios Nuestro Señor. 7.-He escrito una carta al P. Nazario Pérez, S. J. Cuando venga le diré lo que motivó las cartas que le he escrito desde octubre. No lo hago por es– crito porque es asunto pesado. Si le parece a V. R., deseo escribir al P. Al– fonso, quien no dudo estará sufriendo en vista de que no contesto a sus car– tas. ¿Le diré que me dirijo con V. R.? Bendiga a su humilde hija que le ama en Dios y h. s. m., Sor Angeles. Si se le presenta ocas10n, haga el favor de proporcionarnos una orga• nista. Aquí todas le recuerdan mucho. Todos los años, como preparación para los Ejercicios, se lee la nota que conservo de las pláticas que nos dirigió la víspera de los santos Ejercicios, y después, en el curso de los Ejercicios, se leen las pláticas de los últimos Ejercicios, que les gusta y aprovecha. Las que no le conocen, preguntan: ¿ cuándo vendrá el P. Mariano? Se conoce que les interesa la doctrina. 8. Me parece que es del agrado de. Nuestro Señor que el adjunto ejer– cicio (3) (ejercicio de la mañana al salir del coro y dedicarse al trabajo) que practicamos todas las mañanas después del desayuno, al dedicarnos al tra– bajo, se dé a conocer a las religiosas, quienes regularmente dan en uno de los dos extremo;,: completa exteriorización, con perjuicio de la vida interior; o gula espiritual, apego a las dulzuras y comodidades del retiro y de la oración, con perjuicio de los deberes exteriores y detrimento de la caridad, porque hacen sufrir mucho con su ociosidad a las que buscan en vano su ayuda en los trabajos útiles y necesarios. ·· (3) Este ejerc1c10 "es algo así como un ofrecimiento de obras para sobrenaturalizar todas las ocupaciones del día, evitando las distracciones y la disipación y conservando el recogimiento de las primeras horas de la mañana". Cf. P. MELCHOR DE PoBLADU!IA: Una flor siempreviva, pág. 104. Todavía no se ha publicado, pero es bien digno de que se conozca y propague entre las almas religiosas. Algunos de los puntos fundamentales han sido reproducidos por Luis Villásante, O. F. M.: La sierva de Dios M. Angeles· So- razu. Estudio místico de su vida, Bilbao, 1950; 1, pág. 101; JI, págs, 42-43, n, 53. ·

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