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CARTA CCVIII, 10. ENERO 1921 243 de. Ja. única verdadera soledad que conozco y consiste. en la vida de up.1op con Dios, me veía completamente disipada y exteriorizada o derramada i:il mundo material. 2.-Si buscaba a Dios mi centro en otra parte (ya que aquí no hallaba más que 'el pecado, la disipación, muerte y desesperación), se me imponía Y. R. como visión_ o imagen misteriosa en forma parecida a las_ imposicio-_ nes de la dirección del mes de julio, pero con una condición, que mi alma rehusaba. Y por esto, a pesar de percibir la paz y tranquilidad, me negaba a tales imposiciones, y como si temiera verme obligada a reconocer su procedencia como divina, me venían ganas de completar el voto que _hice el día 7 con el de no volver a coger la pluma en la mano ni para escribir a V. R., y de no leer ninguna de las cartas que me escriba en lo sucesivo. Y créame, Padre mío, que hubiera hecho este voto a no impedírmelo la alta estimación que profeso a V. R. y me merece su paternal y divina dirección, sus enseñanzas, etc. La visión o imposición de la dirección era doble, o sea que le acompa– ñaba otra misteriosa y divina imposición del Verbo de Dios en mística altu– ra. Era esto la confirmación de la condición que yo rehusaba. Esta doble vi– sión o imposición duraba el tiempo que tardaba en hacerme cargo de ella,. pues en el momento en que me daba cuenta, le volvía la espalda, aunque me costaba. Digo que me costaba, porque sólo aquí encontraba reposo y espe– ranza de vida, pero temía si sería ilusión del demonio, y si daba crédito y lo comunicaba a V,, R., tenga que sufrir las consecuencias.. Incomprensible parece que el alma encuentre reposo y felicidad en lo que es más contrario a mi indinación y egoísmo; pero me pasan tantas cosas que parecen incom– prensibles, que no sé cómo no me vuelvo más tonta de lo que soy. Después de volver la espalda. todavía me parecía que la visión me perseguía, asegu– rándome que al fin y al cabo tendré que reconocer su procedencia y aceptar– la incondicionalmente. Empeñada en , seguir la dirección. opuesta y buscar la soledad y unión divinas en el etxremo opuesto al lugar donde tenían o se cumplían. las .visio~. nes o imposiciones que indico, esta mañana pensé recordar todo aquello qu" puede retraerme de la dirección y del trabajo escriturario, cualquiera que sea. Me pareció que ine ayudaría para esto leer las primeras cartas que me escribió V. R. el año pasado y lo que me dijo el 18 de ·junio, o sea que no .me mandará escribir, la monja de clausura debe contemplar a Dios, que ha
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